El Stabat Mater, una de las más bellas obras del checo Dvorák, es conocido fundamentalmente por su versión orquestal de 1877, pero la original, una cantata para solistas, coro y piano en siete movimientos, es una obra totalmente acabada estilísticamente y no un esbozo de la posterior orquestal con el añadido de tres números más. Las diferencias entre los números correspondientes son nimias, excepto en el aria para alto Inflammatus et accensus, y el número final, Quando corpus morietur, en el que el coro tiene menos protagonismo en su parte final que en la versión alargada de 1877. 

La versión del soberbio Coro de la Radio de Baviera, con su nuevo titular desde 2016, el londinense Howard Arman, y el apoyo del pianista Julius Drake, experto compañero de veladas liederísticas, es inmaculada y toda una revelación, que dota de sentido a la escritura coral con piano sin echar en falta la paleta orquestal. Escuchen ese inicio con la nota Fa sostenido en diferentes octavas para observar todo el misterio de la obra. Los solistas, habituales de Munich y alrededores, son refinados y cumplen sobresalientemente su prestación. Todo un descubrimiento por lo tanto esta obra, ya grabada también por el coro francés Accentus.

Jerónimo Marín