Diferentes solistas y orquestas / Pierre Boulez.
Sony Classical 19439787742 (5 CD)
LOS PRIMEROS DEBUSSY DE BOULEZ
Sony Classical agrupa en cinco CD las grabaciones que Boulez dedicó a Debussy durante la segunda mitad de la década de los sesenta del siglo pasado. Es una de esas cajitas blancas, de parca presentación, pero de suma utilidad, pues suelen aportar la información necesaria de su contenido (fechas de grabación, intérpretes, orquestas, etc.), de forma ordenada y aprovechando al máximo los medios y el espacio. Además, los precios suelen ser lo suficientemente asequibles como para hacer muy atractiva su compra. En realidad, lo que ha hecho la firma en esta ocasión es reunir en una sola caja de cinco CD el registro oficial de Peleas y Melisenda, con Boulez al frente de las huestes del Covent Garden, y el contenido del álbum de 2 CD publicado hacia 2007. Se trata de viejos conocidos, por tanto, que no por serlo deben ser obviados.
Yo creo que tanto estos trabajos, como la inmensa totalidad de las grabaciones que Boulez llevó a cabo durante aquellos años para el hoy extinto sello de la CBS, han ido cobrando un gran valor con el paso de los años. Un valor que quizá no fue lo suficientemente advertido en los momentos de su publicación; muy probablemente, también, por el desconocimiento de un repertorio que aún estaba por asimilar como es debido por una gran mayoría de críticos, estudiosos o aficionados. En buena medida, el crecimiento de este valor ha sido propiciado por la relación que el propio Boulez ha seguido manteniendo con su repertorio a lo largo de toda su carrera, revisándolo y adaptándolo a las diferentes circunstancias.
No hemos de deducir de esto que estas versiones de El Mar o Nocturnos sean muy diferentes de las que años más tarde produciría el maestro para DG, pero sí hallamos en estas últimas quizás, un elemento de mayor músculo orquestal que en las primeras se encontraba más contenido, en favor de otras finalidades de índole más analítico. Precisamente, este sentido analítico diferenciaba de forma muy especial el Debussy de Boulez del de otros que se dieron por aquellos años. Le hacía tremendamente personal, de rasgo perfectamente inconfundible, tocado con el sello inequívoco del francés.
Cuando dirige, Boulez no puede olvidar que, ante todo, él mismo es compositor; esto lo podemos comprobar atendiendo a su modo de estructurar sus versiones; en el tema que nos ocupa, especialmente esto puede ser apreciado en su versión de Peleas y Melisenda, sometida al conveniente filtro de análisis aplicado por el director. No es esta una versión redonda, ni mucho menos, no tanto por el trabajo llevado a cabo por el propio Boulez sino, sobre todo, por la equivocada elección de los papeles masculinos, muy especialmente el Golaud de Donald McIntyre. En cambio, la Melisenda de Söderström y la Geneviéve de Minton sí son de suficiente altura. A pesar de los reparos, es una versión a conocer, como decimos, aunque no podamos situarla entre las más conseguidas. El francés, tres décadas más tarde, mejoraría bastante en posteriores registros de la obra.
No nos impide, en cualquier caso, recomendar este álbum sin reparos, por el valor histórico que contiene, pero también por la validez de las propuestas que alberga.
Rafael-Juan Poveda Jabonero