KOCHAN: Concertino para flauta y orquesta. NÄTHER: Concierto para flauta y orquesta. MATTHUS: Concierto para flauta y orquesta.
Claudia Stein, flauta. Orquesta del Estado de Brandemburgo en Frankfurt del Oder / David Robert Coleman.
Naxos 8.574537 (CD)
Músicas de un país que no existe
La creación de la extinta República Democrática Alemana tras la Segunda Guerra Mundial trajo consigo el desarrollo de un cosmos artístico que, en sintonía con el imperante realismo socialista, acomodaba tradición y cierta modernidad conforme a sus intereses ideológicos. De esta manera, y referido a la música, Beethoven no solo era motor y espejo estético, sino un revolucionario y jacobino héroe atemporal, alejado del supuesto reaccionarismo occidental, que guiaba la creación musical de la nueva república. Una vez diluida la inflexibilidad estética durante el deshielo soviético y a la vez que en la vecina Polonia la vanguardia sonorista se postulaba como revolución exportable desde el Festival de Otoño de Varsovia, la joven RDA trataba a la vanguardia como enemigo de clase al no comprenderse que artistas y público pudieran interesarse por ella. Por ello, no fue hasta el final del gobierno Ulbricht cuando los creadores germanoorientales se iniciaron en las nuevas técnicas, justificándolas y adecuándolas a la semántica socialista.
Así, tras el estreno de la cromática Deutsche-Symphonie de Hans Eisler en 1959, se hubo de esperar hasta 1963 para escuchar la primera obra serial de la RDA, la Sinfonía n. 2 (de sus tan interesantes como desconocidas once) de Fritz Geissler, el disonante y brillante Meer der Stürme de Paul Dessau o los aleatorios Essay de Friedrich Goldmann, para arribar a una nueva diversidad estilística que diera músicas de calado, como la caleidoscópica Michelangelo-Symphonie de 1985 Friedrich Schenker, la ominosa Sinfonía n. 7 del mencionado Geissler, las agitadas Sinfonías de Goldmann, la respuesta al Die Soldaten de Zimmerman en forma del Lanzelot de Dessau de 1969, o la textural Sinfonía n. 5 de Günther Kochan (1930-2009) de 1987.
De este último recoge en este CD Naxos su juvenil y neoclásico Concertino para flauta y orquesta de 1964, obra de rico contrapunto y gestualidad alla Hindemith, acompañada del Concierto para flauta y orquesta de 1978 de Siegfried Matthus (1934-2021), música de flexibilidad discursiva que se apoya en un personal empleo del serialismo y las técnicas ampliadas. Por último, el Concierto para flauta y orquesta de Gisbert Näther (1948 2021), terminado en 2007 en la Alemania actual, es buena muestra de su vivaz estilo postimpresionista. Encargado y estrenado por quien interpreta aquí la parte solista, la precisa y entregada flautista Claudia Stein, este Concierto se une a los dos anteriores por vez primera en compacto, junto a la Orquesta del Estado de Brandemburgo en Frankfurt del Oder que, dirigida por David Robert Coleman, dialoga, acompaña y arropa con excelente musicalidad patente en la detallada toma sonora. Confiemos en que tras este exitoso registro se prodiguen hacia la monumental Sinfonía para flauta y orquesta de Schenker, así como al disperso repertorio de la antigua RDA, parcialmente conocido hoy por clásicas grabaciones de Berlin Classics y Hastedt. Muy recomendable.
Justino Losada