Subestimado y olvidado de las salas de concierto, el legado de Clementi necesita de grandes intérpretes que lo acerquen para exponer su importancia en la evolución de la técnica y creación pianística, por lo que esta nueva grabación debe ser bienvenida, máxime cuando se presenta con el esmero y pulcritud con que nos la ofrece Juan Carlos Rodríguez, en este su segundo registro para Naxos, mostrándose como un defensor convincente que olvida las complacencias tecnicistas para centrarse en los elementos que caracterizan estas obras.

Las Sonatas Op. 23, de gran unidad formal y publicadas en el año 1790, cercanas a los modos de Haydn y de bellísimos movimientos, como el Adagio de la n. 2 y la Arietta de la n. 3, sirven para hacer presente un pianismo concentrado en la transparencia expositiva y equilibrio cercano al puro clasicismo, en el que no se olvida una emoción sucinta y siempre controlada por la precisión en su ejecución. Las dos últimas obras, publicadas en 1795 y 1821, nos trasladan a un estilo más virtuoso, que pide una velocidad y brillantez que el pianista gaditano resuelve sin forzar las capacidades expresivas del piano moderno, con exquisito cuidado en los bajos, pero incrementado contrastes y matices que añaden solidez y una luminosidad de cuidada sonoridad, que finaliza con esplendor en la variación final de la Fantasía Op. 48 sobre el famoso aire Au clair de la lune.

José Luis Arévalo