Obras de MAHLER, BRUCKNER, MOZART, BEETHOVEN, SCHUBERT, BRAHMS, SCHOENBERG. Solistas. Orquesta del Festival de Lucerna / Claudio Abbado.
Accentus ACC70461 (6 DVD)
Escuchando el silencio
El interminable silencio tras la última nota de la Novena de Mahler que en 2010 dirigió Claudio Abbado a una estratosférica Orquesta del Festival de Lucerna, parecía indicar en el rostro del maestro que podría ser la última música que iba a dirigir. No lo fue, pero quedaba poco. Vivió hasta una fría mañana de enero de 2014, cuando falleció en su casa Bolonia, cerca de la Piazza Santo Stefano. Entre esa Novena y el último concierto en Lucerna del que se han tomado registros audiovisuales de excepcional calidad por Accentus, recogidos ahora en este pack, transcurrieron tres años. Años en los que cada música que dirigía había que juzgarla principalmente como una experiencia personal de toda una vida, que sabe que el fin está cerca.
“He conocido a pocos directores como Abbado que a la vez que se entregan con tanta pasión a la música no lo hagan con la dramaturgia teatral de algunos”. Así se expresaba el viola Wolfram Christ en el precioso documental Hearing the silence (Escuchando el silencio) de Paul Smaczny, productor además de estos registros. Christ, aparte de conocerlo como primer viola en la Filarmónica de Berlín durante los años de Abbado, fue “su” viola de los grandes músicos escogidos para formar la Orquesta del Festival de Lucerna; sabía lo que decía. Y es este Abbado “final” el que transmite precisamente eso, pasión y sencillez. Con obras de Mahler, Bruckner, Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms y Schoenberg, esta caja no busca sentenciar si esta o aquella interpretación son las “referencias”; transmite, ante todo, el saber de un maestro, el preciosismo y la belleza sonora, la excepcional calidad de una orquesta y programas sugestivos. Como, por ejemplo, el que contiene arias de concierto de Mozart con la Sinfonía Haffner y la música incidental del Egmont de Beethoven, con su amigo el recientemente fallecido actor Bruno Ganz como narrador. Una gozada, pero ni Mozart ni Beethoven han sido compositores muy afines al italiano, por lo que sobra endeblez y falta mayor vigor rítmico y energía (Egmont); a pesar de todo, muy disfrutable. Más Mozart, el de un Requiem (2012) con poco de fúnebre (escúchese a un Böhm o a un Currentzis, por citar dos “antónimos”) y mucho de fantasmal y espiritual, menos terrenal de lo habitual, por lo que la experiencia es bastante novedosa. El punto más “bajo” es una Heroica de Beethoven, llevada a pasear mientras se contempla un bonito paisaje. Tiene este concierto (con la Obertura Trágica de Brahms y fragmentos de Gurrelieder de Schoenberg) la fecha de caducidad insertada en cada nota, ya que fue el último filmado del maestro, que “en vez de batuta, zarandea una guadaña”, como escribió Javier Extremera en estas páginas acerca de esta grabación.
La Quinta de Bruckner es el espejo en el que todo polifonista desearía reflejarse, tal y como la hace Abbado: la claridad instrumental y la belleza es tal, que el concepto general no es tan sólido como sí lo son los pasajes aislados. Con hermosas interpretaciones de Misas de Mozart y Schubert (con un joven Javier Camarena entre los solistas), se completa este homenaje a un director que dejó un Mahler en Lucerna para el recuerdo; dos almas gemelas que sabían que sus días estaban contados. Aquí sí hay verdad.
Gonzalo Pérez Chamorro