Me resulta curioso que el gran público conceda laureles de pionero operístico al Orfeo de Monteverdi, pero debemos ser justos y apuntar hacia los experimentos de la Camerata Fiorentina, cuyo máximo exponente es Emilio de’ Cavalieri y esta Rappresentatione, anterior a los trabajos de Peri, Caccini o Monteverdi. Matización hecha, este magnífico registro grabado en 2021 para Theater an der Wien, sale en 2023 a reivindicar méritos. La obra se estrena en Roma en 1600 y en ella, Cuerpo y Alma dialogan cuestionando las necesidades vitales, planteadas como un paréntesis ante las recompensas celestiales, todo muy Contrarreforma. Aún no tenemos “óperas”, pero sí la voluntad consciente de escenificar una historia con música y caracterización, inicialmente ideada para su representación dentro de una iglesia, por lo que el propio Cavalieri fija instrucciones claras: debe entenderse el texto, concediendo enorme importancia a la música, lo que de algún modo explica la textura esencialmente homofónica que domina arias y coros. Pintado en el delicioso lenguaje armónico de la época, hay riqueza melódica, cuidados ritornelli, colorido tímbrico y variedad rítmica; la obra está muy, muy bien, así como su puesta en escena de Robert Carsen (divertido balance en pizarra entre los horrores infernales y las recompensas celestiales, o preciosa y gráfica dialéctica de las almas con sube-y-baja a cielo e infierno), condimentado con las absolutas garantías de los queridos Giardinos, el coro Schönberg y un notable elenco de solistas. Maravilla del todo.

Álvaro de Dios