En una pequeña sala (Studio Davout, París, 2014), donde los aplausos son algo lánguidos por el escaso público, no por las ganas, se enfrentó el Belcea Quartet a la integral de los tres Cuartetos de Britten (hay más obras del inglés para cuarteto), música que ha ido ganando prestigio a lo largo del tiempo. La filmación, con primeros planos abundantes, mostrando la belleza de Corina Belcea, es sobria, a veces desde el pasillo entre el público, que quizá quiera mostrar un espíritu de Aldeburgh. Desde el mágico Andante con que se abre el Cuarteto n. 1 (1941) a la desolada Passacaglia con la que concluye el Tercero (1975), el Belcea impone agresividad en sus ataques, posiblemente provocados por la seguridad con la que tocan, restando un punto de lirismo (algunos movimientos provienen de motivos populares), aunque la Chacony (Purcell muy presente) del Segundo (1945) resulta de una extrema delicadeza y firmeza, muy concentrada. El colosal Tercero, de espíritu bartokiano, reposa sobre las aguas de Venecia, las mismas de su última ópera con la muerte y la paz de espíritu presente. Debe de ser la primera integral en DVD, dado que del Takács, que los grabó admirablemente para Hyperion, existen grabaciones en vídeo de alta calidad en Internet, aún no comercializadas. Sonido sin el esplendor del DTS de su integral Beethoven y sin extras. 

Gonzalo Pérez Chamorro