Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
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Ritmo Noviembre 2018 - Núm. 923

BRITTEN: Billy Budd.

Jacques Imbrailo, Toby Spence, Brindley Sherratt.
Coro y Orquesta del Teatro Real / Ivor Bolton. Escena: Deborah Warner.
Bel Air Classiques BAC154 (2 DVDs)



La crítica

GULAG FLOTANTE

Para los que anden buscando como locos una representación que le permita reconciliarse y hacer las paces con ese teatro musical genuino y enraizado en la excelencia, arriba a puerto este desolador alarido operístico llamado Billy Budd, registrado el año pasado en el Teatro Real y que cosechó unánimes vítores, tanto de público como de crítica. En su cuarta aproximación al universo Britten, Deborah Warner (una mujer rodeada de hombres) acierta de lleno con una puesta en escena sombría y asfixiante, de espacios cerrados y opresivos, repletos de sufrimiento e inmoralidad. Ni rastro de ese océano que en la obra de Melville salpica continuamente las páginas, pues el buque de guerra Indomitable, que navega por el turbulento oleaje de la Revolución Francesa, se transforma aquí (gracias a un único y multidisciplinar escenario) en una atemporal e inhumana prisión de barrotes y sogas, donde impera la vejación y la violencia física, en una escenografía que bien podría servir para alzar el gulag de De la casa de los muertos de Janácek. Una régie con incuestionable marca autoral, volcada en proponer una reflexión sobre el bien y el mal, elevándose a la altura de los mejores cuentos morales, esos que nos devuelven la verdad del ser humano con toda su crudeza. Pesadumbre y claustrofobia multiplicada por dos, gracias al magnífico y expresionista trabajo de iluminación, con un uso obsesivo de grises y colores fríos que recuerdan la paleta plástica del maestro Chéreau.

Bajo veladas fragancias shakesperianas y bíblicas ventoleras morales, Warner (que huye de la sobreexplotada vena homoerótica) no esconde tampoco sus influencias cinematográficas (sobre todo de la estupenda La fragata infernal de Peter Ustinov y su hormiguero humano de hamacas), pues no en vano en su germen, la ópera no es sino un monumental flashback.

Dirigir Britten es un caramelo para cualquier batuta y el inglés Ivor Bolton (más cómodo en las escenas intimistas que en las tumultuosas, donde por desgracia florece su rudeza y tosquedad) nos introduce con intensidad en este infierno existencial, aferrado a un reparto homogéneo y compacto, muy bien matizado y dirigido, del que sobresale el timbre rotundo de ese Yago de agua salada que es Claggart, interpretado espléndidamente por Brindley Sherratt, la expresividad y el vuelo dramático de un hombre en continuo conflicto consigo mismo como es el Capitán Vere de Toby Spence (conmovedor su interiorizado monólogo) y la experiencia adquirida con los años por Jacques Imbrailo, dando vida intachablemente a ese tartaja cordero sacrificado. Al coro le viene el traje algo grande, como bien lo demuestra el flojo amago de motín final, donde la clase dirigente es literalmente zarandeada. Un gran espectáculo teatral y musical que perdura y revive en nuestra memoria.

Javier Extremera

 

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