Sin lugar a dudas, el mayor valedor del proteico Berlioz es John Nelson. La originalidad de su armonía, su maestría en la orquestación y su inventiva melódica son rasgos que, además de una originalidad sin igual en todo el siglo XIX, se visibilizan en esta recreación del Fausto de Goethe. Su fracaso en su estreno en 1846 en la Opéra-Comique obedeció a que el público detectó que está a medio camino entre la ópera y la cantata. Empero, ello no dificulta su delectación y más en versiones como la aquí tenemos.

Tres voces perfectamente ajustadas en cuanto a color, técnica e interpretación, entre la que sobresale un Spyres exquisito y que resuelve los agudos con una línea de canto y un color vocal sin competencia en la actualidad. Joyce DiDonato dota de candidez y emoción a su canto, y el más barítono que bajo Courjal crea un histriónico y teatral Mefistofeles. Tras el éxito con Les Troyens hace dos años, John Nelson, que debutara en el Metropolitan justamente con Les Troyens en 1974, repite en su dominio de este autor. No se puede prestar más atención al detalle y extraer más paleta de colores, bien secundado por el Coro Gulbenkian y la Orquesta de Estrasburgo. 

La grabación, realizada en dos conciertos en vivo en abril de 2019, dota de demasiado espacio al sonido, siendo quizá preferible algo más de cercanía en algunos momentos.

Jerónimo Marín