Obras de BEETHOVEN, TCHAIKOVSKY, SCHMIDT, STEPHAN.
Berliner Philharmoniker / Kirill Petrenko.
Berlin Phil Media BPHR200351
(5 CD / 2 Blu-ray + Libro 76 páginas)
LA DIOSA
Cuando, en junio de 2015, la Berliner Philharmoniker (Orquesta Filarmónica de Berlín) escogió a Kirill Petrenko como su director titular, por delante de Christian Thielemann y Andris Nelsons, reafirmaba su intención de seguir siendo ella la estrella absoluta del escenario, la diosa de las orquestas, con permiso de sus vecinos meridionales de Viena, que no cuentan con director titular como tampoco han contado durante años con mujeres en sus atriles.
En Alemania, la elección de Petrenko y todo el proceso se siguió como si se siguiera en España la continuidad de Zidane en el Madrid. Fue portada del Bild, Die Welt y Berliner Zeitung, provocando intensos debates sobre si Thielemann o Nelsons hubieran sido más apropiados para la orquesta que es un emblema y orgullo nacional para los alemanes. Petrenko ejemplifica el director que, a diferencia de Thielemann o Nelsons, no podría restar protagonismo a la propia imagen de la orquesta, muy difundida en su canal de abonados Digital Concert Hall y en su propio sello discográfico. Con Petrenko, por decirlo de algún modo, se ahorraban problemas de derechos y gestión de la imagen de su director, que apenas había trabajado el mercado discográfico, nada que ver con los otros dos directores, de sobra presentes en el moribundo mercado del disco físico. A Petrenko, tras estar en un discreto segundo lugar entre los directores de orquesta, le tocó el gordo con esta designación.
Y es ahora, cuando lleva apenas un año como director titular de la formación (se incorporó en 2019), el momento para editar esta lujosa caja con cinco CD y dos Blu-ray con algunas de sus interpretaciones más llamativas al frente de la ya su propia orquesta. La elección de obras deja bien claras las intenciones de los responsables de la Berliner Philharmoniker; por una parte, mantener la estrechísima vinculación con Beethoven y aprovechar el año de su 250 aniversario (Sinfonías ns. 7 y 9); por otra, el gran sinfonismo ruso del que quieren hacer de Petrenko un especialista, con Tchaikovsky (Sinfonías ns. 5 y 6), así como un rescate muy valioso (la poco frecuente Sinfonía n. 4 de Franz Schmidt, que confirma la tradición del director ruso rebuscando en el ancho mar del sinfonismo germano) y la inclusión de una obra de estreno, en este caso la muy bien hecha de Rudi Stephan (Música para orquesta), nada vanguardista, si hablamos de lenguajes musicales.
En resumen, la energía que emite Petrenko en el podio es abrumadora, sus lecturas desprenden un tremendo ardor y están repletas de virtuosismo, donde se luce esta orquesta divina, que creo jamás ha sonado con tanta belleza y perfección. Pero Petrenko no es un director de autor, no es un Nelsons, y su Beethoven (decepcionante el primer movimiento de la Novena) parece dejarse llevar por la orquesta que tiene delante, algo que ocurre menos con el resto de obras, aunque Tchaikovsky y sus transiciones merecería un mejor trato por su parte. Curiosamente, donde este señor se sale, es en Schmidt, ofreciendo un movimiento lento que ya forma parte de la historia discográfica de la diosa, la Filarmónica de Berlín.
Gonzalo Pérez Chamorro