El reconocido y premiado dúo formado por el violinista Christian Tetzlaff y el pianista Lars Vogt, cuyo trabajo conjunto se remonta a hace más de veinte años, ha centrado su reciente grabación discográfica en las Sonatas para violín Op. 30 de Beethoven, compuestas en una época de profundos y dramáticos cambios (poco después escribiría el Testamento de Heiligenstadt), que vieron inicialmente su reflejo en la música de cámara. Presentan ciertas novedades, tanto en su lenguaje como en su estructura, que ha supuesto que las aborden, tal como ellos mismos expresan, bajo el punto de vista de la red de relaciones que se pueden establecer entre el contexto del genio de Bonn y toda su producción musical.

Partiendo de la introspección a la que invita la primera de esta colección (n. 6 en la mayor), tanto en su interpretación como en su justificación, aluden a la suave melancolía y a la evocación de los compositores italianos en la escritura (por el paralelismo con un aria en su segundo movimiento), así como a sentimientos de despedida y anuncio de obras posteriores en conexión la “Eroica”. Para la tercera (n. 8 en sol mayor), apoyan sus planteamientos en la coquetería y el ingenio de Haydn por la cantidad y rapidez en la presentación de ideas. La segunda (n. 7 en do menor), siempre en su criterio, más solemne y brillante, anuncia las últimas bagatelas y los últimos cuartetos del compositor. Una interpretación muy personal, coherente con las ya registradas por ambos artistas, sin que el oyente pierda la atención del discurso sonoro.

María del Ser