BAROQUE OPERA CLASSICS. CAVALLI: La Didone. Bonitatibus, Spicer, Watson, Sabata, Streijfert. Les Arts Florissants / William Christie. Escena: Clément Hervieu-Léger. CAVALLI: Ercole Amante. Pisaroni, Cangemi, Bonitatibus, Panzarella, Ovenden. Concerto Köln / Ivor Bolton. Escena: David Alden. HAENDEL: Deidamia. Matthews, Tro Santafé, Pasichnyk, Cangemi, Chiummo. Concerto Köln / Ivor Bolton. Escena: David Alden. SCARLATTI: Dov’è amore è gelosia. Maciková, Briscein, Kneziková, Brezina. Schwarzenberg Court Orchestra / Vojtech Spurny. Escena: Ondrej Havelka. PERGOLESI: Adriano in Siria. Comparato, Cirillo, dell’Oste, Heaston, Ferrari. Accademia Bizantina / Ottavio Dantone. Escena: Ignacio García. RAMEAU: Zoroastre. Dahlin, Bungaard, Panzarella, Andersen, Alexiev. Les Talens Lyriques / Christophe Rousset. Escena: Pierre Audi.
Barroco sobresaliente en HD
Hace diez o quince años habría sido impensable encontrar una recopilación como esta. Las funciones de ópera barroca no parecían interesar a los aficionados y pocos se aventuraban a disfrutarlas en casa, comprando la poca oferta que había en DVD. A esta escasez de interés, para ser justos, debía sumarse la poca calidad y el alto precio, dos motivos de peso, sin duda alguna. Hoy, y gracias a la labor de sellos como Opus Arte, el panorama ha cambiado; aunque siguen siendo minoritarias, por lo general, el resultado de las grabaciones es considerablemente mejor. Con esta selección de títulos a un precio más bajo, se hace un recorrido por la historia de la ópera barroca, desde Cavalli a Haendel, pasando por el barroco francés de Rameau o el napolitano de Pergolesi. La presentación es atractiva y, al contrario que ocurre en otras ocasiones, el diseño de cada DVD es exactamente el mismo que el del momento de su lanzamiento al mercado de forma individual, con su carpetilla y carátulas originales.
Comenzaremos por la joyita que se grabó hace un lustro en el recién renovado teatro del castillo de Český Krumlov en la República Checa. Durante muchos años, el que ahora es el teatro barroco que mejor conserva la maquinaria escénica y los decorados de la época de su creación estuvo abandonado y casi desaparece. Afortunadamente, gracias a un exhaustivo trabajo de restauración e investigación que queda bien documentado en los extras del DVD, se puede disfrutar de un viaje al pasado con todas las garantías: experiencia totalmente recomendable para los nostálgicos. La obra con la que se quiso celebrar la finalización de los trabajos en septiembre de 2011 fue la que sirvió para celebrar la unión del heredero Schwarzenberg con la condesa de Oettingen-Wallerstein, María Teresa: una ópera en dos actos que no llega a la hora y media y que escribió Giuseppe Scarlatti, un sobrino de Domenico, en 1768. Dov’è amore è gelosia no responde a lo que una celebración como esa solía representar, pero no era el príncipe Schwarzenberg amante de la larga ópera seria; así, frescas melodías sumamente imaginativas, más cercanas al intermezzo, se suceden para deleite de un reducido número de espectadores. Se cuida hasta el más mínimo detalle, la orquesta toca vestida de época con una iluminación de velas. Cantantes y director nacionales y poco conocidos, pero sumamente eficientes, en especial las féminas, hacen que el apartado musical esté a la misma altura que el visual.
El otro teatro de la Europa barroca que nos ha llegado casi intacto también está representado con las funciones de Zoroastre de Rameau. El escenario de la corte de Drottiningholm es testigo cada verano de recuperaciones historicistas de gran nivel, y gracias a directores como Rousset o Minkowski, la calidad musical está asegurada. El primero nos regala con su afinidad a este campo y su talento dramático una función redonda de la obra más revolucionaria del ya muy maduro Rameau; la aproximación absolutamente fiel a la época del regista Pierre Audi aprovecha en escena lo que el teatro ofrece y aporta un vestuario suntuoso, donde se contrapone el negro (de los malos) y el blanco (de los buenos) para exponer la historia con claridad y cuidada estética. La elección de cantantes es un gran acierto, comenzando por la electrizante Panzarella como Erinice y continuando por la encantadora Bungaard como Amélite. Solventes son los protagonistas masculinos, haciendo de la función una experiencia realmente deliciosa.
Del gran Francesco Cavalli tenemos dos ejemplos diferentes en su aproximación Y excelentes en resultado: La Didone y Ercole Amante. La primera resulta interesante al contrastar esta versión con la anterior aparecida en Dynamic. Mientras que Fabio Biondi busca una faceta más humana de unos personajes que se desenvuelven en una escena más mística y sobrenatural, Christie (espléndido narrador) potencia quizás más la solemnidad de los mismos, hechos más humanos por la puesta en escena. Protagonista absoluta por fraseo, abandono y belleza del timbre es la mezzosoprano Anna Bonitatibus, una Didone sin aristas que no tiene rival. Muy redondo en Iarba de Xavier Sabata, que sabe bien desenvolverse en escena y conoce el estilo. Watson como Cassandra nos parece demasiado ligera en su conocido lamento, aunque lo compensa con una gran implicación, cosa que podríamos repetir de Kresimir Spicer como Enea. Una aproximación a la tragedia troyana que merece la pena ser tenida en cuenta y con una riqueza asombrosa de matices.
Con un enfoque absolutamente diverso y unos tintes musicales más acordes con el público al que iba dirigido, Ercole Amante se estrenó en París ante 7000 espectadores y contó entre los bailarines con nada menos que Luis XIV. Lully también colaboró con cortas piezas al final de los actos, intentando restar italianidad a una partitura, que no puede, sin embargo, ocultar su procedencia mediterránea. El homenaje al Rey Sol se mantiene por parte de David Alden en esta producción de 2009, que nos muestran sin filtros a María Teresa de Austria (una espléndida Anna Maria Panzarella de acentos aristocráticos como Deyanira), a su citado consorte (el siempre sorprendente Luca Pisaroni como Hércules) e incluso al cardenal Mazarino, que tanto tiene que ver en la visita de Cavalli a Francia. Anna Bonitatibus y Veronica Cangemi, Juno y Yole respectivamente, juegan con la palabra desde el más profundo conocimiento del seicento y su interpretación está a la altura de la de los anteriormente mencionados. Mezclando opulencia clásica y modernidad, el juego escénico es un verdadero derroche de imaginación, al que se suma la lectura trepidante de Ivor Bolton y el Concerto Köln.
Pergolesi es uno de los mayores exponentes de la ópera seria napolitana, y gracias a un proyecto que celebraba su 300 cumpleaños, disponemos de la totalidad de su obra escénica en DVD. De la colección Pergolesi que sacó Arthaus se extrae Adriano in Siria, quizás su mejor obra en este campo y que próximamente aparecerá en CD con el equipo Parnassus. Las funciones pertenecen a la reposición de la producción de 2007, cuatro años después y con un reparto similar al del estreno, en el teatro de Jesi. Ottavio Dantone dirige con pulso dramático a un elenco homogéneo, en su mayoría italiano y especializado en música antigua; el estelar papel de Farnaspe, que si bien no da título a la ópera es el más comprometido, recae en la soprano Anna Maria dell’Oste, y aun acusando fatiga en algunos pasajes floridos rinde con su interpretación un más que honesto homenaje al castrato Caffarelli, creador del rol. Nicole Heaston y Lucia Cirillo dan lo mejor de sí en las arias melancólicas, especialmente la primera en la inconmensurable “Chi soffre senza pianto”; el resto de cantantes, un paso por detrás, pero solventes, completan una función muy clásica en lo visual, aunque algo carente de profundidad, que también incluye el intermezzo Livietta e Tracollo con los experimentados Bacelli y Lepore.
La peculiar estética de David Alden vuelve a repetirse en una de las menos conocidas óperas de Haendel: Deidamia, la última compuesta en Londres. Aunque muchos le achacan carencia de inspiración por la desgana ante una cada vez menos entusiasta respuesta del público, el genio de tan grandísimo músico queda aún patente en muchos números, que el siempre eficiente Ivor Bolton con un redondo Concerto Köln sabe transmitirnos. Con una dramaturgia fluida y que recurre al humor (no es difícil si atendemos al argumento) y unos vistosos y coloristas decorados y vestuario, es un verdadero placer el visionado, no apto para los que prefieren la fidelidad histórica. La más redonda voz de la velada es nuestra Silvia Tro, muy atentan al estilo y con unos medios oscuros y generosos, perfectos para Ulises. Tampoco le va a la zaga Olga Pasichnyk como Aquiles, impetuosa y cómica. La dulce Cangemi y la senual Matthews completan el reparto femenino, claramente en ventaja frente al masculino.
Sin duda es esta una oportunidad para todo aquel que siempre vio en las estanterías los títulos aquí reseñados y, por un motivo u otro, no se atrevió a hacerse con ellos. No dudamos en afirmar que se trata de uno de los más redondos y homogéneos paquetes (en cuanto a la calidad global) que Opus Arte puede ofrecer actualmente y es un buen ejercicio de reflexión sobre adónde se encamina, o puede encaminarse, la interpretación barroca del siglo XXI.
Pedro Coco Jiménez