Pablo Suárez Calero, violín.
Ibs Classical 52023 (2 CD)
El pálpito. Ese instante mágico, que ocurre en contadas ocasiones, cuando tras los dos o tres primeros compases sientes que tienes delante un disco trascendente, por la profundidad y calor que desprende la interpretación desde el primerísimo momento. Profundidad insondable e indescriptible trascendencia metafísica, aunque seamos bastante escépticos con las complicadas relaciones entre números y música que algunos sesudos estudiosos atribuyen a estas piezas. Claro, es Bach y ya no hay mucho más que contar, porque me temo que nadie más ha sido capaz de extraer todo ese mundo de polifonía exprimiendo los escasos recursos que ofrece un instrumento más monódico que otra cosa. Y destaco sobremanera las adiciones vocales que salpican sabiamente algunas Sonatas y Partitas, configurando cantus firmus tremendamente atractivos, que captan irremediablemente nuestra atención, a la vez que liberan al violín de responsabilidad y ahondan la profundidad de esta música.
El mayor mérito está, sin duda, en Bach, pero necesitamos a alguien que interprete sus instrucciones (comprendidas mejor por unos que por otros) y se atreva a transmitirlas al oyente. Ya comentamos anteriormente, con motivo de un disco similar de Biondi, que intuimos una extraordinaria valentía al afrontar este programa sin red, porque sospecho que exige una preparación mental y una madurez que distinguen al osado del preparado. Y el sonido limpio, la afinación nítida, la inteligibilidad en los fraseos y la calidez y profundidad que transmite Pablo Suárez, afirman que a él ese momento le ha llegado, para suerte de todos.
Álvaro de Dios