Padmore, Tilling, Kozená, Lehtippu, Gerhaher, Williams. Rundfunkchor Berlin. Berliner Philharmoniker / Sir Simon Rattle. Escena: Peter Sellars.
BP, BPHR140031 (2 DVDs / Blu-ray).
Berliner Philharmoniker
Un nuevo concepto de edición
Los primeros lanzamientos del sello Berliner Philharmoniker Recordings, del que no hace falta descifrar que es propiedad de la Filarmónica de Berlín, que ya dio el paso para gestionar sus conciertos con su portal www.digitalconcerthall.com, son todo un lujo de presentación, un nuevo formato que combina el Blu-ray con el CD y el DVD, un cofre rectangular que se abre horizontalmente y que nos podría sugerir un nuevo símbolo para calificar la extraordinaria presentación (¿una P?) y que en principio tienen un precio asequible. Por una parte las Sinfonías de Schumann (otra vez, dirán algunos), una integral muy válida, pero comparativamente mucho menos interesante que el concepto escénico ideado por Peter Sellars para la Pasión según San Juan de Bach, dirigida también por Rattle, al fin una semi escenificación de la obra bachiana (el DVD de Karl Richter con la Pasión según San Mateo en DG era bastante explícito expresivamente, pero no acababa de ser una interpretación escenificada).
Sin decorados, sin nada que no sea el gesto y el movimiento, además de la música, Peter Sellars nos traslada a una emocionante plegaria desesperada hacia un “Dios” que atormenta a los penitentes (coro) y que ajusticia a su hijo, ante la impotencia de estos, que claman una reparadora justicia para confortar sus almas angustiadas. La presencia y la exigencia gestual que reclama Sellars a los cantantes, demuestra que no se necesita más para conmover, partiendo de la base que la materia prima, la música de Bach, es, por sí sola, suficiente garantía para la conmoción. Y este Bach, el de la Pasión según San Juan, como nos explican Sellars y Rattle en los extras (en inglés, sin subtítulos, la Pasión sí los tiene en castellano), encierra aún más modernidad que el de la Pasión según San Mateo, más en la línea oratorial clásica.
El colectivo reducido de la Berliner Philharmoniker es una joya, contando con un rico continuo (cello, contrabajo, laúd, órgano), mientras el Coro, dirigido por Simon Halsey, algo desarmado tímbricamente al iniciar sus movimientos escénicos, es un prodigio expresivo. Conmueve ver a Gerhaher, que se mueve bien poco, pero que transmite en sus arias toda la natural desolación que le toca (emocionante arioso “Betrachte, meine Seel”); o a una Kozená embarazada (una involuntaria alusión al encuentro de María Magdalena con Jesús…) cantando de manera impecable los imposibles intervalos escritos por Bach, interválica que azota especialmente al elegante tenor Topi Lehtippu en sus arias. Inconmensurable Mark Padmore, que se desplaza de un lugar a otro como Evangelista, dejándonos para el final el imborrable recuerdo de un vis a vis frente al dolorido coro-pueblo, acogido por la bellísima dirección de Rattle.
Gonzalo Pérez Chamorro