András Schiff, piano.
ECM, 2270-73. (4 CDs)
LA BIBLIA DE SCHIFF
Si se revisan las fotografías, lo dicen todo. Las viejas grabaciones de El clave bien temperado de Schiff para Decca, de mediados de los años ochenta del siglo pasado, nos muestran en la portada a un treintañero reciente, serio, encorbatado, con abundante pelo castaño y mirada inteligente y confiada. Esta no ha cambiado, pero Schiff será sexagenario este año, viste ahora con una sobriedad informal, el pelo empieza a escasear por ambos flancos y ya es mayoritariamente blanco, y en la mirada hay un leve dejo de melancolía. Su afinidad natural con la música de Bach se mantiene también inalterable. En una serie de recitales ofrecidos por el pianista húngaro en el Teatro de la Zarzuela, hace algunos años, pudimos comprobar la fluidez con que sale de su cabeza y de sus dedos, sin necesidad de partitura.
Actualmente, en ECM, está volviendo sobre muchas de las obras de Bach que grabó para Decca. Lo ha hecho ya con las Partitas y con las Variaciones Goldberg. Ahora le llega el turno a la Biblia, los dos libros del Clave bien temperado, una obra muy grabada por grandes pianistas en los últimos años, una lista de la que forman parte nombres tan ilustres como Daniel Barenboim, Vladimir Ashkenazy o Maurizio Pollini. La comparación de las duraciones de todos y cada uno de los 48 Preludios y Fugas arroja una conclusión nada sorprendente en un artista como Schiff: apenas han cambiado. Segundo arriba, segundo abajo, se han mantenido inalterables tantos años después. Su uso del piano es aún más comedido y los preludios y fugas se suceden casi como exempla a los que sólo cabe poner el pero de que esta música admite una mayor dosis de emoción. Pero Schiff hace gala de sobriedad y coherencia, con una pulsación cristalina y una atención prioritaria a la claridad: diálogos entre voces, contrapunto imitativo y estructuras formales nos llegan diáfanos y como trazados por tiralíneas. No es fácil percibir la gama de colores que Schiff dice tener en mente en una interesantísima reflexión personal sobre la manera más idónea de tocar Bach y sobre el uso o no uso del pedal. El álbum está presentado con el habitual esmero de ECM e incluye dos artículos, diferentes, en alemán e inglés de Peter Gülke y Paul Griffiths, además del mencionado texto del propio Schiff. Quienes tenemos desgastados, de tanto oírlos, los viejos discos de Decca, contamos ahora con un complemento (más que sustituto) ideal para ellos. Los grandes músicos, y Schiff sin ninguna duda lo es, nunca se repiten. Este cuarto de siglo no ha pasado en balde y ahora el húngaro disfruta del cenit de su madurez.
L.G.