El pasado mes de febrero, RITMO recogía una reseña donde comentaba el que ingenuamente pensé que sería el lanzamiento estrella del sello discográfico de la Filarmónica de Berlín para conmemorar el 150 aniversario del nacimiento de Rachmaninov. El presente álbum triple, que contiene la misma grabación del celebérrimo Concierto para piano n. 2 con Kiril Gerstein al teclado, viene a demostrar no sólo que mi suposición era errónea, sino que la capacidad de la orquesta alemana para deslumbrar es inagotable.

Al ya citado Concierto, se suman aquí la Sinfonía n. 2, La isla de los muertos y las Danzas sinfónicas, así como un tercer disco (éste, en formato Blu-Ray) con las imágenes de los respectivos conciertos, celebrados entre 2020 y 2022, todos ellos bajo la batuta de Kirill Petrenko. Hablaba entonces de la absoluta comunión entre orquesta y director, algo que es notorio desde el primer tema del Largo de la Sinfonía, cuya escritura contrapuntística y entradas en imitación quedan expuestas con exactitud virtuosística, claridad armónica y esplendor tímbrico.

Por similares derroteros transcurren La isla de los muertos y las crepusculares Danzas, de densa orquestación. La inmersiva experiencia sensorial que supone su audición o visionado debe mucho a una toma sonora limpia que distingue planos y voces con gran definición, una imagen de nitidez extrema y, en menor medida, a la lujosísima presentación, que no por esperada deja de agradar. Admirable de principio a fin y muy recomendable.

Darío Fernández Ruiz