Anthony Romaniuk nos presenta su segundo CD en solitario en Alpha Classics. Quien siga el trabajo de Romaniuk, quizás sepa que es continuista en el conjunto Vox Luminis, pero para todo aquel buen melómano que quiera disfrutar de la buena música, rompiendo estereotipos sin importar el purismo que se le podría presuponer, le recomiendo encarecidamente esta grabación con una toma de sonido exquisita realizada por Hugues  Deschaux, que resulta ser una honesta búsqueda de la belleza impecablemente interpretada bajo múltiples formas de acercarse a la ella, unas veces de forma rigurosa e historicista, otras de forma apasionada mediante la improvisación, y otras veces buscando impactantes modos de experimentación con un resultado fascinante.

Así, escuchamos un ecléctico y trabajado programa que se basa en el movimiento perpetuo que encontramos en todos estos tipos de música, desde los hipnóticos grounds de Henry Purcell (delicioso el A new ground ZT 682 con un elegante academicismo), pasando por el preciosismo de una interpretación más moderna de un preludio bachiano, alcanzando al Romanticismo desde una histórica pulsación de un cálido fortepiano en composiciones de Schubert, Schumann e incluso Satie, hasta llegar a territorios más experimentales como en Danses de Travers utilizando un electropiano Yamaha CP80, que nos llega a recordar a The Doors, e incluso atreviéndose con un secuenciado en el sintetizador de la passacaglia de la Toccata Arpeggiata de Kapsberger, mientras se improvisa con un piano sobre ella.

Simón Andueza