Zahir Ensemble / Juan García Rodríguez.
Ibs Classical 172020 (CD)
COMO LA OLA QUE CRECE
Anima (alma o principio vital) es el título para un registro discográfico llamado a hacer historia en la corriente neoespectralista, la tercera ola (hablar de terceras olas en tiempos de pandemia da pavor) o la evolución quasi natural que ha tenido el movimiento del espectralismo, que tiene al malagueño Eneko Vadillo como uno de sus más firmes valedores. Como escribe Pedro Ordóñez en un fantástico artículo en el libreto interior del álbum, “lo espectral atraviesa toda la obra de Vadillo, desde la consolidación de una primera madurez creativa que comienza a constituirse en los primeros años del siglo XXI”.
Como la ola que crece, la música de Vadillo emerge paulatinamente desde el microsonido hasta la culminación y desarrollo total de la forma, del ser sonoro. Como el murmullo de un arroyo, así nace Renascencias, para ir motorizándose y alcanzar su plenitud en su parte final (la obra se estructura en cinco partes).
La oscura energía que se debate en Sabah (para cello solo, aquí fantásticamente interpretada por Dieter Nel) es una experiencia agotadora para el oyente, que acaba de traspasar los límites de la imaginación con dos obras señeras, Antibes, para flauta sola (con un magistral Alfonso Rubio, que lleva su instrumento hasta el límite), en una metamorfosis de un Syrinx ebrio; y Selene, para ensemble de cinco voces angustiadas en busca de la luz.
La belleza de la disonancia es un logro que se ha conquistado no sin esfuerzo, pero que ni mucho menos se mantiene con comodidad. Hay en Transparences (cuarteto para flauta, clarinete en Si bemol, violín y cello) una tela espesa, como una nube radioactiva que impide ver el horizonte pero que no impide avanzar tras ella.
Los méritos del Zahir Ensemble y Juan García Rodríguez son colosales, pues el estudio y materialización sonora de estas creaciones conllevan un esfuerzo ímprobo en comprender la naturaleza de la música. Esta ola sonora (“árbol sonoro”, como afirma Pedro Ordoñez sobre Francisco Guerrero, el pope espectralista), alcanza su cenit en Arrayán (Ar-Rayhan), para flauta y cello, un tête à tête efervescente, y Anima, evolución de una anterior Alma, para soprano (Silvia Spinnato) y ensemble, sobre textos de Santa Teresa, que ha convertido a la voz humana en otro elemento al servicio de la forma.
Gonzalo Pérez Chamorro