LA SERENIDAD A TRAVÉS DE LOS SIGLOS

En una época en la que la atención se dispersa y la urgencia se impone, Angel of Peace, la nueva entrega discográfica de The Sixteen, propone una escucha distinta: detenida, serena, profundamente humana. No ofrece una paz prefabricada ni se adentra en lo espiritual como etiqueta, sino como acto consciente. El resultado es una meditación sonora construida con repertorio que abarca nueve siglos de historia.
La selección de obras responde a una arquitectura interna refinada, trazada con sobriedad y lucidez. El recorrido parte de Hildegard von Bingen y desemboca en Arvo Pärt, con dos estrenos que reafirman el compromiso del conjunto con la música actual: I Shall Be an Angel of Peace de Will Todd y Orbits de Anna Clyne. La primera, sobre palabras de Newman, deja que un violín solista casi etéreo flote sobre texturas corales de recogimiento sereno. La segunda, sobre un texto de Rilke, imprime al violín un carácter más corpóreo, casi ritual, en diálogo permanente con la voz colectiva. Dos motetes de gran formato de John Taverner anclan el programa en el Renacimiento, mientras Hildegard conecta, por intensidad espiritual, con el ascetismo de Pärt. Christophers demuestra un criterio artístico profundamente creativo en la elección del repertorio: honra la tradición, pero también la renueva y proyecta al futuro mediante encargos a compositores jóvenes, apostando por una manera de hacer música viva y comprometida.

La interpretación de The Sixteen conserva todas sus virtudes esenciales: afinación perfecta, timbre cálido pero nítido, la exactitud rítmica y un fraseo de contornos suaves, sin aristas, que fluye con naturalidad. A ello se suma una sonoridad especialmente transparente capaz de unir potencia y delicadeza con un rango dinámico y tímbrico amplísimo. Esta claridad, junto a una dicción limpia y expresiva, refuerza su capacidad de comunicar, siempre atentos al texto, al carácter de cada obra y a su sentido más profundo. La inteligencia interpretativa de The Sixteen les permite abordar con idéntica excelencia un repertorio que va del siglo XII al XXI. Esa alquimia coral, tejida con minuciosidad y emoción contenida, asombra por su equilibrio y precisión casi milagrosos.

El liderazgo artístico de Harry Christophers se refleja directamente en la excelencia de la formación. Su filosofía musical aúna respeto por la tradición y una mirada abierta al futuro. Su modo de trabajar equilibra la exigencia con la empatía; su estilo combina energía, claridad y sensibilidad. Angel of Peace, fruto maduro del 25 aniversario del Choral Pilgrimage, lo confirma: un programa ecléctico que en sus manos adquiere unidad orgánica y deja un mensaje de serenidad, trascendencia, integridad artística y emoción genuina. La música aquí no se impone, se revela.

Mercedes García Molina