Alicia Amo, soprano. Giuseppina Bridelli, mezzosoprano. Filippo Mineccia, contratenor. La Ritirata / Josetxu Obregón, violonchelo y dirección.
Glossa 923107 (CD)
DE NÁPOLES Y ROMA A LA ARCADIA
Apreciar en su justa medida el papel de Alessandro Scarlatti en la transición del siglo XVII al XVIII es bastante difícil, entre otras razones por su extensísima producción, no toda ella siempre accesible o bien editada y por una trayectoria vital complicada. Siempre buscando un puesto mejor remunerado, se trasladó desde Roma a Nápoles en diversas fases de su vida, trabajando para la corte de Cristina de Suecia, como maestro de capilla en Santa Maria Maggiore, para el cardenal Ottoboni (donde surgió la supuesta rivalidad con Haendel) y para el virreinato de Nápoles. Su fuente principal de ingresos provenía de la música sacra y sobre todo de la ópera. Pero sus patronos le solicitaban para ocasiones especiales novedosa cantata, muy adecuada para círculos elevados y exclusivos como los salones palaciegos y laboratorio de innovaciones estructurales y armónicas que luego pasaría a la música escénica. De un corpus de casi ochocientas cantatas, Josetxu Obregón ha seleccionado del archivo diocesano de Münster y del Conservatorio di Musica di San Pietro a Majella de Nápoles, las cuatro cantatas y un aria con flautas de pico y violines obligados que se agrupan en este registro de una manera redonda.
Todas ellas disfrutan de las características que hicieron famosa la música escénica de Alessandro Scarlatti, la perfección formal, la sorprendente y rica armonía, los recitativos acompañados con variados instrumentos y conductores del discurso poético, en este caso pastoril, influencia de la Academia de la Arcadia a la que pertenecía Alessandro desde 1706.
Lo que aparentemente da uniformidad y dota de un hilo conductor al programa, la temática arcádica y la presencia de flauta/flautino de pico, queda transformado en un verdadero juego de timbres inteligentemente administrado por el director. Por un lado, la utilización del distinto color vocal de los tres cantantes, cada uno con sus particularidades: Giuseppina Bridelli con una voz llena, pastosa y aterciopelada que se funde con la flauta tenor y el violoncello, por otro lado la cristalina etereidad y el delicado fiato de Alicia Amo, que dialoga con el flautino como si de dos ruiseñores se tratara, y por último la presencia vocal y el contenido y adecuado vibrado de Filippo Mineccia, que sabe ceder a los instrumentos obligados el protagonismo justo en la conversación pastoril. Los dúos de violines realizados por Hiro Kurosaki y Pablo Prieto se funden como uno al igual que la pareja de flautas que forma la fabulosa Tamar Lalo con Michael Form; dan al conjunto instrumental una sensación de unidad sonora sin fisuras que responde como ente único en el juego melódico con los cantantes.
Todo ello con el denominador común de una gran precisión técnica, una afinación perfecta y un fraseo que roza lo sublime, que hace que el resultado musical, fruto de la dirección de Josetxu Obregón, sea de una altísima calidad musical. Agrada también ver que el atractivo diseño del CD y el riguroso estudio del musicólogo Stefano Russomanno para el libreto estén a la altura. El rigor musicológico, la maestría interpretativa y el cuidado del producto desde el punto de vista estético, lo convierten en un excelente disco que nos hace pensar que por fin la interpretación y producción musical en España, especialmente en el campo de la Música Antigua, está a la altura del resto del panorama europeo e internacional.
Mercedes García Molina