Merecido homenaje en el trescientos aniversario de su nacimiento a Joseph Aloys Schmittbaur (1718-1809), compositor y constructor de instrumentos, quien, salvo dentro del ámbito germano, es un gran desconocido para la inmensa mayoría de melómanos. Su producción musical es extensa y variada con influencias que van desde el Barroco hasta el Prerromanticismo. Como constructor de instrumentos, además de fabricar órganos, es el inventor de la Glasharmonika (armónica de cristal), curioso ingenio que automatiza al tañedor de copas de vino en un solo aparato mecánico.

El grupo camerístico de instrumentos de época Hof-Capelle Carlsruhe da vida a las ingeniosas y bellas composiciones de Schmittbaur con una plantilla mínima, de uno por parte, con un total de doce miembros, y quienes se atreven a interpretar sinfonías orquestales que incluyen oboes, trompas y timbales. El resultado es altamente satisfactorio, lográndolo mediante el desempeño de dos contundentes y excelentes músicos, el percusionista Ulrich Dürr y la contrabajista Jane Lazarovic, consiguiendo una sensación de tutti orquestal de más del doble de sus miembros reales. A ello ayuda sobremanera la excelente toma de sonido de Holger Siedler, quien mediante una inteligente colocación espacial de los instrumentistas y equilibrando los distintos planos sonoros logra convencernos de que escuchamos a toda una orquesta de cámara.

Se incluyen tres pequeñas piezas escritas para la Glasharmonika que sorprenden por su ligereza, complejidad en el entramado de las distintas voces y por su etérea frescura. 

Simón Andueza