KORNGOLD: Sonata para violín y piano Op. 6. Margit de los Vier kleine fröhliche Walzer. Schneeglöckchen de 6 Einfacher Lieder Op. 9. ZEISL: Sonata para violín y piano ‘Brandeis’. Johannes Fleischmann, violín. Magda Amara, piano. Günter Haumer, barítono.
Odradek ODRCD410 (CD)
Con el subtítulo “Los hombres que dieron forma a Hollywood”, el vienés Johannes Fleischmann construye un disco siempre necesario en la lucha insistente contra el olvido: hubo muchas vidas en el ámbito de la música clásica destrozadas por los nazis, y no solamente con la exterminación física, sino también con el desarraigo, como son los dos autores del disco. Korngold, el wunderking vienés, es más conocido, aunque siempre sorprende su precodidad: con solo 16 años publica su única Sonata para violín y piano, una cumbre de 38’ con una exigencia técnica y artística impropias para esa edad, y que estrenan dos de los músicos más famosos en su día, el violinista Carl Flesch y Arthur Schnabel. La música, con un lenguaje armónico y melódico personal ya consolidado a esa edad, utiliza material melódico ya existente del propio Korngold, y esta grabación nos lo brinda también, de manera que las variaciones del Finale de la Sonata sobre la canción Schneeglöckchen deberíamos escucharlas tras atender primero a la canción.
El caso de Eric Zeisl, exiliado en Los Angeles desde 1941, es algo similar, y se tuvo que dedicar hasta su muerte en 1957 casi en exclusiva a la industria de las bandas sonoras, con escasas excepciones como esta Sonata Brandeis, sobrenombre que le viene del taller veraniego para jóvenes donde enseñó música algunos veranos a finales de los 50. Con una clara influencia de la música hebraica, acentuada con este exilio, tiene algo de “íntima conversación con Dios”. Las versiones de Fleischmann y Amara son notables, pero falta, sobre todo en la parte pianística, una mayor clarificación de elementos principales y secundarios, y de definición en la densa escritura del piano.
Jerónimo Marín