Curiosa la versión que nos llega del archiconocido Requiem alemán de Johannes Brahms. De sobra es conocida su creación en dos fases en las que se observa su maestría en la escritura coral (madurez tras numerosas obras previas y estudio de la producción renacentista). En cualquier caso, para su estreno en concierto en 1873, se hizo en inglés, y consta que el propio Brahms estuvo tentado de eliminar la palabra alemán para sustituirla por humano; es más, parece ser que aprobó esta traducción al inglés valorando la importancia de apreciar el texto cantado por el oyente.

Para una primera audición en Londres de manera privada el propio autor la arregló para coro y dos pianos, y esta es la versión aquí presentada por el coro de Chicago Bella Voce con su titular y fundador Graig Lewis, bien cantada, bien grabada, pero que nos desasosiega por justamente el uso del inglés como idioma. Probablemente será cuestión de acostumbrarse a esta fonética, pero la idea de que algo sustancial se pierde al ser traducido resulta inevitable.

Desde el punto de vista musical, falta un mayor contraste y claridad en las numerosas fugas, y por momentos, la orquestación que ayuda mucho en la audición, los dos pianos son excesivos en su sonoridad.

Jerónimo Marín