Se nombra a Beethoven y todo aficionado piensa en el ciclo sinfónico, en sus Sonatas para piano, en la trascendencia de los últimos Cuartetos, en la lucha por redondear su único título lírico, pero nadie lo ve de francachela con sus amigos tomando vino blanco en un Heurigen vienés. El extenso catálogo del autor contiene una amplia variedad de obras menores, pero no por ello menos interesantes, que nos los sitúan en el día a día de sus tareas: canción de despedida a un amigo, canción para la boda de otro, Cantata Campestre WoO 103 Hess 127 para la onomástica de su amigo Dr. Malfatti en 1814, y el corpus de obras para una o varias voces WoO 99 con texto italiano que son sus ejercicios para soltar la mano bajo la supervisión del mismísimo Salieri, del cual se observan sus correcciones en los manuscritos…

Algunas obras sí dieron el salto al catálogo principal, como Opferlied Op. 121b o Bundeslied Op. 122, pero el resto se conservan catalogados como obras sin número de opus (WoO -Werke ohne Opus-) o simplemente con la referencia al cuaderno donde están (Hess).

Las versiones ofrecidas por el Cantus Novus Wien y el Ensemble Tamanial distan de ser superlativas, pero suficientes para adentrarse en el Beethoven más cercano, con sus cuitas diarias.

Jerónimo Marín