El Teatro de la Zarzuela abordó, en una cuidada versión de concierto dirigida por Guillermo García Calvo, la ópera Farinelli con espléndida partitura de Tomás Bretón y libreto Juan Antonio Cavestany.
Una ópera romántica española de tomo y lomo, planteada sin los españolismos al uso, salvo los justos, y en cierto modo goyescos que destacaron su donaire melódico con fino sentido dramático, música dentro de la música; una ópera ofrecida, eso sí, sin representación teatral, pero con el resto de ingredientes, canoros e instrumentales, que son muchos, a un estimulante nivel.
Un nivel mantenido en todo el concierto que logró, con tesón, momentos de intensa emoción, especialmente tras el descanso, pese a la citada ausencia escénica de esta versión, con un único "pero" que voy a dejar para las últimas líneas…
Unos notables ingredientes básicos que, unidos a un narrador intercalado con un guion adecuado, Emilio Gutiérrez Caba, ayudaron a comprender con suma facilidad, incluso reflexionar, sobre una trama no excesivamente compleja a priori, pero que, sin representación ni otra ayuda accesoria, tendría mayor complejidad para imaginarse el peso dramático de aquellas escenas y su concatenación narrativa.
Maite Beaumont compuso un convincente personaje protagonista, Farinelli… Todo un rol operístico de primer orden, siempre aportando, aparte de su caudal musical, el coraje necesario para destacar y conmover en una versión de estas características, que no pueden resumirse, por inédita que sea la obra, a la ejecución escueta de tu parte.
Rodrigo Esteves mantuvo una buena dicción, importante proyección sonora y presencia para Jorge; Beatriz fue Nancy Fabiola Herrera, personaje más en línea con lo habitual en el género con íntegras cualidades; como el Doctor metido en la piel de David Menéndez, que añadió una sana y recomendable interactuación gestual, y relativa vis cómica, leve en este drama histórico; Alberto fue Leonardo Sánchez en la misma línea; y el Maestro, Manuel Fuentes… Todos ellos junto con los Orquesta de la Comunidad de Madrid y Coro del Teatro dirigidos con fluidez, entrega, eficacia y musicalidad por Guillermo García Calvo.
Pero… volviendo a aquel “pero”… que creo ya he mencionado en otras ocasiones donde se daba este mismo efecto y de forma más pronunciada… Un “pero” que en nada empaña el brillante desempeño de los que defendieron este recuperado Farinelli sobre las tablas. La posición atrasada del coro en el escenario, ahoga, relativamente, su proyección acústica en platea, donde nos encontrábamos. Por citar un ejemplo al vuelo, no es el más claro, sólo por ser el último y darse ambas situaciones seguidas, en los instantes finales, pese a las generosas dinámicas, llegó a no escucharse el coro por unos instantes, con la Orquesta en fortísimo y la propia boca del escenario apantallándolo, para, en el último momento, milagrosamente, sobresalir… lo justo y necesario… “Pero” es que esta situación fue especialmente apurada en los breves solos intercalados de los personajes de reparto, asignados a miembros del coro, y que se oían, en general, en la lejanía. ¿Para cuándo una caja o techo acústicos más eficaces para estos conciertos? Porque más, creo, no se puede adelantar el proscenio, que, acertadamente, cubría la abertura del foso… Las excelentes, cualidades puestas en liza, día sí día también, y sustancia musical original, así lo precisan.
Luis Mazorra Incera
Reparto: Farinelli, Maite Beaumont; Jorge, Rodrigo Esteves; Beatriz, Nancy Fabiola Herrera; Doctor, David Menéndez; Alberto, Leonardo Sánchez; y Maestro, Manuel Fuentes. Narrador: Emilio Gutiérrez Caba. Orquesta de la Comunidad de Madrid y Coro Titular del Teatro de La Zarzuela. Dirección musical: Guillermo García Calvo.
Farinelli, ópera en un prólogo y tres actos, con música de Tomás Bretón y libreto de Juan Antonio Cavestany, estrenada en el Teatro Lírico de Madrid el 14 de mayo de 1902.
Teatro de la Zarzuela. Madrid.
Foto © Javier del Real