Con el concierto de la Orquesta del Siglo de las Luces, orquesta de instrumentos originales londinense, se despide el ciclo de Ibermúsica. Aún no está cerrada en absoluto la discusión de hasta donde se puede alargar la época de la interpretación con instrumentos originales, o como también se denomina, interpretación históricamente informada. El caso es que este pasado jueves 31 de mayo nos enfrentamos a tres autores cuya obra ya avanza dentro del s. XX con una orquesta que se dedica a estos menesteres.
El aperitivo de la Serenata para cuerdas en mi menor Op. 20 de Elgar es una delicia, y sirvió para mostrar un rasgo de esta orquesta que estaría presente durante toda la velada, la transparencia en los planos sonoros. Todo se escucha, todo se entiende, el aire corre entre los instrumentos que tocan la melodía principal y los instrumentos que acompañan. Además, el color de la sección de la cuerda, con las cuerdas de tripa, otorga nuevos colores pastel a esta obra.
Con gran expectación se esperaba el Concierto para violín Op. 6 de un Richard Strauss que a la sazón contaba con 17 años y que culminaba así sus estudios en el Ludwigsgymasium de Múnich. En los habituales tres movimientos, aunque el primer movimiento con su cuarto de hora equivale a la suma de los dos siguientes, está perfectamente escrito, aunque adolece de la maestría, obviamente, de sus posteriores obras. Con una escritura con su buena dosis de virtuosismo, sobre todo en el Rondo presto final, donde el director ha de estar muy atento a todos esos contratiempos en la orquesta para encajar rítmicamente, aquí y allá hay esparcidos detalles del Strauss que pronto habría de llegar, como por ejemplo la sección B central del Lento ma non troppo del segundo movimiento con una memorable melodía en Mi b M donde la trompa, el instrumento de su padre, dobla al violín solista. En cualquier caso, es de agradecer la oportunidad de escucharlo en directo, y más cuando el solista es de la talla de Alina Ibragimova, de sonido ancho y técnica endiablada que hizo fácil y musical todos los artificios, a pesar de algunas imprecisiones tanto de afinación en los vientos, como de precisión en las entradas, como por ejemplo el acorde inicial de este mencionado segundo movimiento (¡Ay, ese segundo fagot sobresaliendo demasiado!).
La segunda parte ofreció la Segunda Sinfonía de Sibelius, que junto a la Quinta son la puerta de entrada favorita de los aficionados al mundo del finés. Aquí Thierry Fischer, el director del concierto, sustituto del anunciado Wladimir Jurowski, baja por enfermedad, que hasta este momento había cumplido con su tarea, sí pudo mostrar su sabiduría con una buena versión llena de detalles interesantes. No es fácil dirigir esta sinfonía porque presenta peculiaridades como “una soberbia mixtura de exarcebado romanticismo y fragmentación temática”, o en su Allegretto inicial “una casi ausencia de desarrollo temático de los diferentes motivos”, como bien afirma Juan Manuel Viana en sus excelentes notas al programa.
Dicho de otra manera, si el director se descuida, se le deshilvana la sinfonía. Pues bien, al contrario, nos ofreció un precioso y cuidadísimo patchwork donde todas las indicaciones de cambio de tempo fueron escrupulosamente respetadas, acabando en punta el cuarto movimiento como el río caudaloso que se sugiere al desembocar el tercer movimiento. Y aquí si que hubo una orgía de colores sonoros que vistieron a la sinfonía de ropajes totalmente desacostumbrados a nuestro oído: que densidad y anchura la de Liza Beznosiuk en la flauta, presidiendo una sección de madera donde también se encontraban los ilustres Nicholas Daniel al oboe y Anthony Pay al clarinete.
Se despide de esta manera el ciclo de Ibermúsica tras casi diez meses de ajetreo sinfónico de la más alta calidad. La próxima temporada cumplirá su 50ª aniversario.
Jerónimo Marín
Alina Ibragimova, violín. Orchestra of the Age of Enlinghtenment / Thierry Fischer.
Serenata para cuerdas Op. 20, de E. Elgar. Concierto para violín de R. Strauss. Sinfonía nº 2 de J. Sibelius.
Ibermúsica. Auditorio Nacional de Música, Madrid. 31-05-19
Foto: El inusual Concierto para violín de Richard Strauss tuvo como solista a Alina Ibragimova (fot de Eva Vermandel).