El concierto en homenaje a Alfredo Kraus, que organiza todos los años en el día del aniversario de su nacimiento, la Fundación Auditorio Alfredo Kraus y Teatro Pérez Galdós de Las Palmas presentó al tenor Gregory Kunde junto a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y su director artístico y titular Karel Mark Chichon.
El tenor estadounidense, a sus 70 años, es un ejemplo de longevidad y evolución vocal, con una amplia y prestigiosa carrera durante la que ha abarcado la práctica totalidad de las tipologías tenoriles: del lirico-ligero rossiniano de sus inicios al dramático Otelo verdiano afrontado estos últimos años, manteniendo una envidiable salud vocal y una especial inteligencia y cuidado para escoger en cada momento lo que más le convenía.
La voz se conserva admirablemente, sin asomo del incómodo vibrato que presentan muchas voces veteranas, manteniendo un timbre sonoro y atractivo, es cierto que más sombrío y con menos armónicos, pero sin grandes desigualdades tímbricas entre registros, con un fiato algo más limitado, que le obligó en algún momento a respirar en medio de una frase o cortar algún final antes de lo deseable. Su excelente forma y una trabajada técnica vocal le permitieron, tras unos primeros momentos de rodaje, proyectar el sonido cómodamente en toda la tesitura, especialmente en los siempre comprometidos extremos, ofreciendo un registro grave suficiente y unos agudos seguros, aunque a partir del si bemol puedan sonar en ocasiones algo faltos de proyección y armónicos.
El recital abarcó una amplia paleta de tipologías y caracterizaciones para tenor, siendo un ejemplo de adecuación estilística a cada rol, afrontados con elegancia y distinción, que no obviaron el desgarro dramático cuando se requería, siempre sin excesos truculentos.
Así pasamos del refinado lirismo del Fausto de Gounod “Salut, demeure, chaste et pure” culminado con un valiente do agudo, al torturado Werther de Massenet “Pourquoi me réveiller?...” con el agudo final un tanto mermado en proyección, la sensualidad del “Recondita armonia…” de la Tosca de Puccini, el “Recitar…Vesti la giubba…del Pagliachi de Leoncavallo, una de las cumbres de la noche por su intensidad dramática y empuje vocal en toda la tesitura, incluido uno registro grave inteligentemente trabajado. “È la solita storia del pastore…”. de L,Arlesiana de Cilea fue tal vez el punto más débil de la velada, por la incomodidad de Kunde para los filados en algunas de las largas frases en piano. Con “Dein ist mein ganzes Herz!..de El país de las sonrisas de Lehar volvió el elegante estilista en su único ejemplo en alemán, para cerrar la noche con dos conocidísimas muestras de zarzuela “Bella enamorada…” de El último romántico de Soutullo & Vert y “No puede ser…” de La tabernera del puerto de Sorozábal, que entusiasmaron al público, expuestas con pleno conocimiento del estilo y excelente dicción. Un arrebatado Nessun dorma del Turandot de Puccini, puso fin a la velada con buena parte del público puesto en pie.
Al éxito de la noche contribuyeron tanto el excelente estado de forma de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, a la que las nuevas incorporaciones en trompas y trombones han aportado un sonido más empastado y brillante a los metales, como la dirección de Karel Mark Chichon, excelente concertador que tiene en el repertorio operístico uno de los indudables puntales de su carrera. Atentísimo a las necesidades del cantante, obtuvo envidiables y cuidadísimas prestaciones de la orquesta tanto en las piezas cantadas como en las sinfónicas, ya fuera ópera francesa, ópera italiana, opereta centroeuropea o zarzuela.
Juan Francisco Román Rodríguez
Gregory Kunde, tenor.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Karel Mark Chichon.
Obras de Berlioz, Gounod, Massenet, Puccini, Verdi, Leoncavallo, Cilea, Johann Strauss II, Lehar, Giménez, Soutullo y Vert, Sorozábal.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.
Foto © Nacho González