William Walton con el Concierto para viola, que escuchamos en la versión de 1962, y que la haría más propicia para la intérprete, Isabel Villanueva, obra de parabienes, surgida por la mediación del también compositor Paul Hindemith, quien además, acabaría estrenándolo, en el desaparecido Queen´s Hall de Londres y que hace patentes una de las notas distintivas de su ingenio: el melodismo incisivo, tenso, poético, inmerso en un tramado de texturas sonoras ricas y complejas, que complacerían sumamente a Hindemith. La viola se nutre en el Andante cómodo de un estimulante entrelazado entre oboe, flauta, clarinete y trompa. La escritura favorece las exigencias demandas a la solista, consiguiendo en el Allegro moderato el punto requerido para las ondulaciones previstas entre cuerdas y maderas, resultado de la estudiada revisión del autor, por el añadido de tuba y arpa. Bien conocía sus pretensiones de las que Isabel Villanueva supo trasmitir. En su obsequioso bis, la Nana de las Siete canciones populares españolas de Falla.
Behind the lines (Tras las líneas), daba argumentos a un concierto que conmemoraba el armisticio del fin de la Primera Gran Guerra. En cabeza, dos compositores: Cecil Coles, precisamente con la obra que llevaba ese título. Sencilla y a penas un esbozo en los dos tiempos, en un lamento doliente desde las trincheras: L´Estaniment de Carrefour y Cortége, una intensa impresión emocional. De la obra, se habían perdido dos de los tiempos centrales. F. Delius, en otra miniatura orquestal A song before sunrise, reafirmando el hilo conductor, dos obras menores que se situaban al inicio de cada parte.
Delius, no pasaba de otra obra de cortas dimensiones y profundamente cromática, en un autor cosmopolita y que debería bastante a los sinceros asesoramientos de Sir Thomas Beecham. Para quienes carezcan de opinión sobre la importancia del músico, la pieza les habría parecido un añadido sin méritos excesivos. En esa cumbre anglófila, un Haydn resultaría perfectamente ajeno, pero se trataba del compositor de la etapa Solomon y de una de las obras características, el de la Sinfonía nº 94, en Sol M, (la Sorpresa). Paul Daniel y su orquesta, se mueven cual pez en el agua con el padre de la sinfonía. El detalle golpe del timbal cargado de tintas, para recordarnos de que iba el sobrenombre, o los tempi acentuados de principio a fin, nos reafirman en lo dicho.
Ramón García Balado
Isabel Villanueva. Real Filharmonía de Galicia / Paul Daniel.
Obras de Cecil Coles, W. Walton, F. Delius y F.J. Haydn.
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela.