Contrariamente de lo que piensa mucha gente, la música no es un lenguaje universal. Muchas formas de música de otros continentes y culturas, nos son, a nosotros los europeos, totalmente ajenas a pesar de su gran valor autóctono. Por razones que estriban en el desarrollo melódico, contrapuntístico y armónico de la música culta occidental (también llamada clásica), ésta ha pasado a interesar y conquistar sectores del público de culturas muy diferentes, tal como se registra en el continente asiático. Por lo tanto no es extraño que una pianista china, nacida en Pekín, ofrezca un concierto conjuntamente con un pianista islandés. Mayor distancia cultural no se puede pedir y sin embargo, al presentarse con un programa a dos pianos y también a cuatro manos (en un solo piano), los pianistas Yuja Wang y Vínkingur Ólafsson lograron aunarse en una prácticamente perfecta unión musical.
Yuja Wang, conocida por su impresionante musicalidad y su prácticamente ilimitada capacidad pianística, comenzó sus estudios en China, prosiguiendo sus estudios en Calgary (Canadá) y luego en el famoso Instituto Curtis de Filadelfia.
Víkingur Ólafsson, inició su aprendizaje del piano en su Reikiavik natal para luego completarlos en la prestigiosa escuela de música Julliard, en Nueva York. Ólafsson es conocido por su inclinación hacia programas que incluyen música moderna y, últimamente, por su profundo interés por la música de Juan Sebastián Bach, en particular las variaciones Goldberg.
Para este recital, ambos pianistas eligieron un programa integrado por obras de autores contemporáneos y dos obras del repertorio corriente, compuestas para dos pianos (o cuatro manos en un solo piano).
El concierto se inició con una obra muy corta de Luciano Berio (1925-2003) titulada “Wasserklavier” (título original en alemán que se podría traducir como “Piano acuático”) procedente de “Six Encores” (seis “bises”) en su forma original para dos pianos. A ésta le siguió, la muy celebrada Fantasía para dos pianos a cuatro manos en fa menor D 940 de Franz Schubert. Esta fantasía, obra tardía de Schubert, le dio la oportunidad a ambos pianistas de demostrar su capacidad interpretativa y sensibilidad musical. Muy atentos el uno al otro, a pesar de ejecutar la obra en dos pianos, hecho que reduce un tanto la intimidad que implica tocarla en un mismo teclado, la interpretación fue magistral en cuanto a lo que respecta los aspectos espirituales, musicales y de técnica interpretativa de esta hermosa obra.
Luego, los artistas volvieron a dar un gran salto hacia el siglo XX interpretando “Experiences No.1” de John Cage (1912-1992) seguida de otra obra corta, “Study No.6” de “Studies for player Piano” (Estudios para “piano mecánico”) del compositor mexicano Conlon Nancarrow (1912-1997) en un arreglo para dos pianos acústicos del compositor inglés Thoma Adès.
A esta obra (igualmente corta) le siguió una obra para dos pianos de mayor magnitud, “Hallelujah Junction” de John Adams, compositor norteamericano nacido en 1947. Se trata de una obra en tres movimientos (sin títulos) que utiliza variaciones de un ritmo de dos notas cuyos intervalos permanecen casi constantes durante gran parte de la composición. Concluyendo la parte más moderna de este interesante programa, los pianistas interpretaron “Hymn to a Great City” del compositor estonio Arvo Pärt (n. 1935).
Para cerrar con la parte oficial del programa, Ólafsson y Wang brindaron una muy lograda lectura de las danzas sinfónicas op. 45 de Sergei Rachmaninof (o Rachmáninov) en su versión para dos pianos, esta vez nuevamente una obra tradicional del repertorio de marras. Aquí, nuevamente, se pudo apreciar la seriedad del enfoque musical que comparten estos dos artistas tan distintos en cuanto a sus proveniencias y trayectorias. No es preciso mencionar la perfección técnica pianística de ambos músicos: está siempre dada.
Ante las aclamaciones del público Yuja Wang y Víkingur Ólafsson tomar asiento esta vez frente a un solo instrumento y ofrecieron, en cuatro bises, varios valses y Danzas Húngaras de Johannes Brahms, en sus versiones para piano a cuatro manos. Con su bis de despedida, el vals nº 15 del op. 39 (siempre de Brahms), ambos músicos mostraron hasta que punto se puede ser sensible y nostálgico sin la menor cursilería o afectación. En definitiva, un gran recital, ofrecido por dos grandes músicos.
Gerardo Leyser
Viena, Gran Sala Dorada del Musikverein
Sociedad de Amigos de la Música en Viena (Gesellschaft der Musikfreunde in Wien)
Martes 23 de octubre de 2024
Víkingur Ólafsson, piano & Yuja Wang, piano
Foto © Julia Wesely