Espléndido programa con dos obras maestras de principios del siglo XX, anteriores a la hecatombe de la Primera Guerra Mundial, el propuesto por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria para su concierto de abono nº 15: el Concierto para violín de Sibelius y Petrouchka de Stravinsky.
Para la pieza de Sibelius tuvimos la fortuna de contar con uno de los grandes violinistas de la actualidad, tal vez no tan conocido como otros nombres más promocionados, Agustin Hadelich, que planteó una lectura muy personal, concentradísima, amplia y libremente rubateada, que le permitió iluminar pasajes frecuentemente pasados por alto, de tempi reposados, especialmente el segundo movimiento fraseado con infrecuente amplitud, manteniendo en todo momento la tensión interna.
Su asombroso virtuosismo le permitió superar la complejidad de su parte con insultante facilidad, haciendo gala de un sonido punzante que cortaba el tejido orquestal como un cuchillo, abriéndose camino en los grandes tutti orquestales.
El director Henrik Nánási, que tan buena impresión nos había dejado en su anterior comparecencia con la orquesta, hizo suya la visión del solista, en una interpretación admirablemente coordinada, matizadísima en la gradación de intensidades que permitió a Hadelich desenvolverse comodamente, entablando un dialogo fluido con la orquesta.
Petrouchka de Stravinsky en manos de Nánási obtuvo una recreación sensacional por su plasticidad y deslumbrante colorido. Impecablemente narrada, supo mantener el hilo conductor de la historia, en una pieza que por la pluralidad de escenas y situaciones suele plasmarse como una serie de viñetas aisladas a las que falta una visión de conjunto.
El maestro húngaro sacó el máximo partido del magnífico momento en que se encuentra la Filarmónica de Gran Canaria, de forma que en una pieza como esta que exige el máximo nivel instrumental, resulta imposible señalar una sección o solista que desentonara del resto, algo no siempre al alcance ni de los más afamados conjuntos internacionales.
Juan Francisco Román Rodríguez
Agustin Hadelich, violín.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Henrik Nánási.
Obras de Sibelius y Stravinsky.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.