La vuelta de la ópera escenificada ha sido noticia en esta Quincena Musical donostiarra 2022 con La fille du régiment, y digo escenificada a pesar de que en su presentación se hablara de representación semi-escenificada. Al final, con un gasto que supongo irrisorio Guillermo Amaya hizo una propuesta cercana al mundo del comic y elementos naif para dotar a la velada de cierta candidez. Una propuesta que poco aporta pero que no molesta.
Si hace unos pocos años nos hubieran dicho que con un 80% de cantantes vascos podría montarse una noche de esta categoría quizás no nos lo hubiéramos creído pero lo cierto es que la lírica vasca pasa por uno de los mejores momentos en cuanto a cantidad y calidad de voces.
El nivel fue alto aunque, para ser justos, hay que decir que “otra” función comenzó en cuanto Xabier Anduaga (Tonio) abrió la boca: una voz muy bien proyectada, de timbre hermosísimo, de color adecuado en todos sus registros, agudo consistente y una alegría que se transmitía al saberse triunfador en casa.
Volvió a bisar toda la escena del célebre Ah! Mes amis aunque no puedo dejar de destacar la hermosísima línea de canto exhibida en el aria del acto II, Pour me raproccher, cantanda con gusto exquisito. Anduaga puede ser –quizás ya lo es- una estrella a nivel europeo y si demuestra tener la cabeza bien amueblada puede marcar las próximas décadas del bel canto. ¡Ojalá podamos disfrutarlo en la Quincena en más oportunidades!
Elena Sancho-Pereg tiene una voz hermosa, una técnica solvente, agudo valiente y bien emitido y además es buena actriz; su único hándicap es el volumen, el tamaño de una voz que, por poner un ejemplo, en los dúos con Tonio quedaba apagada. De todas formas, una soprano notable que va a tener su hueco en los grandes teatros.
Muy bien Damián del Castillo (Sulpice), buen cantante y actor y rotunda Anna Alás i Jové (marquesa de Berkenfield), una cantante de color oscuro muy interesante.
Entre los papeles menores nadie dejo de aportar y así Paula Iragorri dio realce a la duquesa de Krakenthorp, con canción vasca incluida a modo de morcilla, Juan Laborería estuvo excelso como Hortensius y cabe mencionar al sonoro cabo de Darío Maya así como a Luken Mungia y Gerardo Quintana.
Lucas Macías se encargó de la parte orquestal en la que la Sinfónica de Euskadi aportó un sonido seguro aunque pasado de volumen en más de una ocasión, lo fue en detrimento sobre todo de la soprano. El coro, suficiente.
El público respondió con verdadera pasión al éxito de Xabier Anduaga. El seguimiento de la ópera le fue más sencilla al hacerse los diálogos en castellano y euskara, de forma alternativa y dependiendo de los cantantes.
El Kursaal estaba lejos del lleno, lo que no deja de sorprender. Parece que la venta de entradas para esta segunda función programada por la Quincena se aceleró al conocer el éxito del estreno, del que se hicieron eco todos los medios convencionales como si un éxito deportivo se tratara.
Enrique Bert
Palacio Kursaal, de Donostia.
La fille du régiment, de Donizetti.
Elena Sancho-Pereg, Anna Alás i Jové, Xabier Anduaga, Damian Del Castillo, Darío Maya y otros.
Orquesta Sinfónica de Euskadi y Coro Easo.
Dirección musical: Lucas Macías.
Dirección escénica: Guillermo Amaya.
Foto © Íñigo Ibáñez