La tradicional “Novena por Navidad” a la que la Orquesta Sinfónica de Madrid nos tiene ya acostumbrados y que anuncia el nuevo año 2024, llevó la universal vitalidad de los bicentenarios pentagramas escritos por Beethoven, a las butacas de un Auditorio Nacional de Música que presentaba una imagen ideal con lleno en platea y gradas.
Todo un ritual sin lugar a dudas, en el que, bajo la batuta de Juanjo Mena, nos fuimos asentando a medida que avanzaba la pieza. La llegada de un incisivo y claramente articulado Scherzo con su trío, representó, para el que suscribe, el punto de no retorno de donde despegara esta versión.
Antes, un primer movimiento, Allegro ma non troppo, un poco maestoso, se había desarrollado con fluidez y conformidad, hasta alcanzar aquel crisol temático, un tanto atosigado en su ubicua carga decibélica más propia de páginas de otra pretensión estética.
Y, así, la llegada de un brillante Molto vivace puso de relieve el desempeño de unos atriles especialmente activos, con el acicate permanente de su tenaz acentuación.
Acentuación incisiva, como ya dije, que dejaría paso a un Adagio molto e cantabile que insistió en esta última indicación de tempo y carácter.
Fluidez, de nuevo pues, para un movimiento más calmado donde este punto de celeridad diera con pasajes, tanto interiores en el meollo de las texturas de figuración más variada, como de transición, en cuerda y viento metal (trompas…), de patente compromiso técnico.
El célebre movimiento coral, pese a lo manoseado que se encuentra, sigue siendo todo un ejercicio de innovación, por supuesto en su planteamiento original… pero también hoy mismo.
A destacar los pasajes puramente orquestales de este Finale, como aquél de vistoso y enérgico contrapunto, en la gran sección, tras una percusión marcial “deconstruida” seguida de la notable frase de tenor a solo (que responde formalmente a la inicial del barítono-bajo de la sección anterior). Un pasaje realizado con exigente tempo y dinámica preparando (¡y cómo!) el pasaje coral hímnico (UE) por todos conocido. Si bien, la articulación formal (un suspense en toda regla) que media entre ambos, mitigó dicho posible efecto relativo.
Un dinamismo del que ya no se apartó la interpretación de Mena hoy y en la que colaboraron tanto un equilibrado y compenetrado cuarteto vocal solista que cito bajo estas líneas, como un perfectamente engrasado coro: el Coro Nacional de España.
Todo un acontecimiento, siempre, al margen de los estentóreos bravos un tanto forzados por el entusiasmo que aún (¡doscientos años después!) ocasiona esta obra capital y, el acostumbrado plus de afecto y cerrado aplauso que puntualmente recibe (siempre o casi siempre…) el coro.
Luis Mazorra Incera
Iwona Sobotka, soprano; Sandra Ferrández, mezzo; Airam Hernández, tenor; y Hanno Müller-Brachmann, bajo-barítono.
Orquesta Sinfónica de Madrid y Coro Nacional de España / Juanjo Mena.
Novena sinfonía en re menor, op. 125, de Ludwig van Beethoven.
OSM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.