Bajo el título “Noche de debuts”, los dos solistas invitados y la directora hacían su presentación en la serie de abono, celebró la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria su penúltimo concierto de la presente temporada.
La soprano Tania Lorenzo Castro, que tan buena impresión nos dejara en el rol protagonista de la Theodora de Haendel ofrecida en abril dentro del Festival Bach, cambió de registro para ofrecernos 3 importantes arias mozartianas. Abrió su participación con la célebre aria de Pamina “Ach, ich fuhl,s” de La flauta mágica, de excelente línea en su doliente y contenida expresividad, Incluyendo bellos reguladores que culminaban en delicados agudos cada vez mejor colocados a medida que la voz entraba en calor.
Seguidamente como contraste vino el Recitativo y aria “Quando avran fine omai…Padre, germani, addio” de la Illia del Idomeneo re di Creta, donde contrastó adecuadamente el carácter desesperado del amplio recitativo con la melancolía del aria. Para concluir su participación “Matern aller Arten de la Konstanze del Rapto en el serrallo, que en su extremado virtuosismo llevó a la soprano grancanaria al límite de sus posibilidades actuales de lírico-ligera.
Haciendo gala de una voz excelentemente proyectada y muy sonora en la octava superior, resolvió las temibles coloraturas y amplios saltos de registro, pese a un registro grave de menor entidad que el resto y algún puntual apuro en los agudos extremos.
El prestigioso viola Amihai Grosz, solista principal de la Filarmónica de Berlín, nos admiró por la calidez y carnosidad de su sonido en todos los registros, técnica impoluta y manejo de los resortes expresivos en la Rapsodia-Concierto para viola y orquesta de Martinu.
La tercera debutante de la noche, la directora valenciana Beatriz Fernández Aucejo, denotó maneras pero también cierta bisoñez, que se manifestó en dificultades para mantener la tensión interna, especialmente en pasajes lentos, como el aria de Pamina, excesivamente morosa en su desarrollo, o los momentos más sosegados de El canto del Héroe de Dvorák, en los que la línea musical perdía fuelle. Tampoco me convencieron los exagerados ritardandos introducidos en los solos instrumentales de Matern aller Arten, fuera de lugar al quebrar la línea melódica por su excesiva lentitud. Lo mejor para mi gusto estuvo en la Rapsodia-Concierto de Martinu donde logró un sonido intenso y bien modulado de la Filarmónica de Gran Canaria.
Juan Francisco Román Rodríguez
Tania Lorenzo Castro, soprano. Amihai Grosz, viola.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Beatriz Fernández Aucejo.
Obras de Mozart, Martinu y Dvorák.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.