La VIII edición del Concurso Internacional de Canto Alfredo Kraus estuvo rodeada de las medidas excepcionales impuestas por la Covid19, que pese a todo no impidieron su celebración.
De los 124 concursantes de 28 países que se presentaron a las distintas fases eliminatorias, 10 pasaron a la final celebrada el pasado 25 de septiembre en Las Palmas. 3 países se repartieron el 90% de los finalistas: Ucrania y Portugal con 3 cada una y Corea del Sur con dos, correspondiendo el décimo finalista a España.
Sorprendió la importancia otorgada al repertorio francés. Dejando de lado las romanzas de zarzuela, todos los finalistas eligieron piezas francesas, salvo un Wagner y un Verdi y un Donizetti. Hay que destacar el gran nivel de casi todos los finalistas. En mi opinión, al menos 7 de ellos hicieron méritos para optar al segundo o tercer puesto.
Las preferencias personales y el desempeño de los concursantes durante las fases de selección y las semifinales, que por normas del concurso se celebran sin público, encauzaron al jurado a emitir en su decisión.
El primer premio, al que se unió el premio del público, fue para la ucraniana Olga Syniakova, una mezzo de tintes oscuros y marcada personalidad que nos ofreció excelentes lecturas del aria de Leonora “O mío Fernando” de La Favorita de Donizetti y “Mon coeur s'ouvre a ta voix” del Sansón y Dalila de Saint-Saëns. Una cierta limitación en las notas más graves, lógico en una voz joven, y un agudo final algo descolocado fueron las únicas máculas.
El segundo premio fue para Regine Freire, soprano lírica portuguesa, de bello color y excelente proyección, algo corta en la coloratura, que ofreció “Adieu notre petite table” de Manon de Massenet y “Je veux vivre” del Romeo y Julieta de Gounod.
El tercer premio fue para la también portuguesa Susana Vieira, lírica con cuerpo que interpretó “Dich, teure Halle” del Tanhauser wagneriano y una romanza de la del Manojo de Rosas de Sorozabal, donde el sonido se escuchó mejor dirigido. Teresa Villena, soprano ligera de amplio registro agudo, obtuvo el premio al mejor intérprete de nacionalidad española.
Del resto de finalistas mencionar al coreano James Kim, tenor lírico de hermosísimo color y pulida técnica, muy entregado en “Ella mi fu rapita” del Rigoletto verdiano y “Salut demeure” del Fausto de Gounod, al bajo barítono ucraniano Ihor Voievodin, impactante por volumen y rotundidad en “Le veau d,or” del Fausto de Gounod y la romanza “Cuál rayo que aniquila” de María del Pilar de Giménez, a Yulia Merkudinova, soprano lírico ligera que conjugó cualidades canoras y vis dramática en “Dieul quel frisson” del Romeo y Julieta de Gounod y “Tres horas antes del día” de La Marcherera de Moreno Torroba. Los dos ucranianos exhibieron una notable dicción española.
Por último el barítono argentino Germán Alcántara, voz recia y con cuerpo, nos brindó unas muy matizadas “Vision fugitive” de Hérodiade de Massenet y “Amor, vida de mi vida” de Maravilla de Moreno Torroba. El director Oliver Díaz supo adaptarse a los distintos estilos y cualidades interpretativas, con algún puntual exceso de volumen, obteniendo excelente rendimiento, no siempre asegurado en este tipo de actos, de una Filarmónica de Gran Canaria bien preparada.
Juan Francisco Román Rodríguez
Cantantes finalistas del Concurso Alfredo Kraus.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Óliver Díaz.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.