El grupo La Arcadia Vocal dirigido por Carlos José Martínez, cuyos componentes se citan en el faldón, ofreció un concierto en el ciclo Satélites de cámara y polifonía de la OCNE, plagado de estimulantes novedades.
De entrada, los nombres más conocidos y reconocidos del programa, compositoras cuyas obras se ofrecieron de un solo tirón por deseo expreso, fueron: Clara Wieck y Lili Boulanger.
Los Tres coros para voces mixtas de Wieck se movieron alrededor de la, siempre romántica, evocacion veneciana: desde un meloso nocturno a la misteriosa góndola, pasando por el dinamismo de un sucinto Adelante (Vorwärts) que, pese a ello, tampoco perdió su vena melódica y lírica. Un protagonismo melódico y arquitectura tonal que va a ser el común denominador de esta velada.
Lili Boulanger, sin embargo, se dirigió al mismísimo sol, parafraseando en su título el titular (más popular) de Strauss-Nietzsche, en el arranque sideral de su Zaratustra (“Cuando Zaratustra cumplió treinta años…”) o, yendo hacia atrás en el tiempo, a nuestro romántico Espronceda (¿¡por qué no!?): Himno al sol.
Mayor interés armónico con apoyo del piano. Estilo hímnico, bajo ritmo armónico y encadenamientos (relativamente) sorprendentes y cromáticos, paralelismos de resonancia impresionista… Un final intenso para este, decididamente romántico (con sus coletazos), inicio de concierto.
De aquí dimos un salto a plenos siglos XX y XXI, en Norteamérica; un salto, pues, en el tiempo y la geografía, más que en la técnica o en la estética, hacia una modernidad entendida desde el mundo coral, con sus reglas implícitas, y aquel (“nuevo”) continente ecléctico y, sin compromisos o ataduras con el pasado (si así se quiere ver...).
Bello el Magnificat de Judith Weir y comprometido el ajustado trío para voces femeninas, Ave Maria de Rebecca Clarke.
Una colmena de abejas asustadas (A Hive of Frightened Bees) de Andrea Ramsey dio un sesgo de necesaria diversidad rítmica y, también, explícito compromiso político en la lucha contra las trágicas realidades violentas que la rodeaban y nos rodean (allí, entonces, y aquí… o mejor y más castizo… ¡aquí y en Lima…!).
Cuando escuché el detallado recitado en inglés, pensé sobre la marcha que, lo suyo, sería haberlo traducido… pero, de inmediato, se recitó otro texto diferente, actualizado, en nuestro idioma… Ok.
De Hollering Sun (podría traducirse como… Sol chillón), la Quiet (tranquilo… silencioso…) inició las estimulantes piezas de Alice Parker con base en una armonía de notas añadidas y resonancias de velada espiritualidad (On the Common Ground / En el espacio común).
Estilismo con piano en su variado Songstream (Suite de canciones… Canciones en streaming, que se diría hoy…). Bella realización de atractivas canciones que concitaban buena cantidad de disposiciones corales. Algunas tan breves y simpáticas como Jueves… Otras más líricas…: Passer mortuus est, … Siempre en este clima de melodismo y armonía tonal con sus notas añadidas, muy del mundo jazzístico (más asequible…).
La más sutil Canción de madre (Mother’s Song) de Jocelyn Hagen o su resuelta e interesante, En mis sueños (On My Dreams), con armonías más incisivas y un granado acompañamiento de piano, se continuó con el In Paradisum de Christine Donkin.
Un severo final procesional del oficio de Requiem que también aquí fue el, ya decididamente, espiritual remate a este programa.
Un concierto lleno de tradición armónica y de un perenne, terso y sano melodismo…
De propina, una obra Hands (Manos) escrita por Donkin para (sic) un congreso coral en nuestro país (Barcelona), fiel reflejo de ese dinámico y vivo, imprescindible contexto de fraternidad coral universal.
Me recordó, por su sencillez, intensidad y maneras, las emocionantes escenas finales que se narran con tanta pasión y contenido entusiasmo, en la oscarizada película sueca: Tierra de ángeles.
Luis Mazorra Incera
La Arcadia Vocal: Carlos José Martínez, director. Paloma Friedhoff y Delia Agúndez, sopranos; Rosa María Ramón y Helia Martínez, contraltos; Ariel Hernández y Federico Teja, tenores; y, Alessander Pérez y José Antonio Carril, bajos.
Moisés Ruiz de Gauna, piano.
Obras de Beamish, Boulanger (Lili), Clarke, Donkin, Hagen, Parker, Ramsey, Weir y Wieck.
OCNE-SATÉLITES. Auditorio Nacional de Música. Madrid.