La segunda propuesta de la 57 temporada Organizada por los Amigos Canarios de la Ópera fue La Bohème, como la Tosca que abrió la temporada, en conmemoración del centenario de la muerte de Puccini.
La Bohème, que subía al escenario por décimo segunda vez en las temporadas de ACO, se enorgullece de haber incluido en sus repartos nombres míticos, como los Rodolfos: Gianni Raimondi, Pavarotti, Aragall, Carreras, o Peter Dvorsky.
En esta ocasión no se alcanzó ese nivel, ofreciéndonos una Bohème que transcurrió en un clima de moderada corrección, incluyendo a la pareja protagonista. Claudia Pavone fue una Mimì creible, cantada con musicalidad y buen gusto, partiendo de una voz lírica bien emitida no especialmente rica en timbre o extensión y algo escasa de cuerpo en los momentos más dramáticos.
Arturo Chacón-Cruz nos dejó un Rodolfo extrovertido y un tanto primario, vocalmente rotundo y seguro en toda la tesitura, especialmente un registro agudo brillante y bien proyectado: espectacular el do agudo en su aria Che gelida manina, pero de fraseo lineal y parco en matices que restaron relieve a su prestación.
Bien delineado el Marcello de Alesandro Luongo, de recia pasta baritonal. Isabel Rey tiró de tablas y recursos actorales, lejos de antiguos esplendores vocales, para su pizpireta Musetta. Impecables los secundarios encabezados por Fernando Campero y Vittorio del Campo, Schaunard y Colline, junto a Isaac Galán, Francisco Navarro y Max Hochmuth.
El Coro de los Amigos Canarios y el Coro Infantil de la OFGC cumplieron en el segundo acto.
La dirección musical de José Miguel Perez Sierra fue el mejor activo de la velada. Ágil, de tempi generalmente vivos, muy atenta a la peripecia teatral, supo extraer lo mejor de una muy dúctil Filarmónica de Gran Canaria y de los cantantes a su mando. Con todo, no habrían venido mal unas mayores dosis de poesía y lirismo en momentos concretos como la entrada de Mimì en el primer acto, que pasó sin pena ni gloria.
La escena dirigida por Carlo Antonio de Lucia fue decepcionante, debido a unos decorados realistas en tonos grises, sustentados en grandes paneles que acotaban la escena a cada lado, cromáticamente poco atractivos e iluminados de manera escasamente imaginativa, a lo que se sumaron los escasos efectivos corales, apenas 32 miembros, que propiciaron un desangelado Café Momus.
Juan Francisco Román Rodríguez
Arturo Chacón-Cruz, Claudia Pavone, Isabel Rey, Alessandro Luongo, Fernando Campero, Vittorio de Campo, Isaac Galán, Iván Figueira, Max Hochmuth.
Coro Infantil de la OFGC. Coro del Festival de Ópera.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / José Miguel Pérez Sierra.
Escena: Carlo Antonio de Lucia.
Teatro Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria.
Foto © Nacho González