Los cincuenta minutos, algo menos, de la Misa de Requiem de Mozart son siempre manjar exigente y exquisito para el aficionado, sea lego o cursado. Más aún cuando enfrenta a la genialidad, la mozartiana, y, de seguido, a su “compleción” de la mano de Franz Xaver Süssmayr, como es el caso más habitual y el que nos ocupa aquí. Porque, todo sea dicho, ya sabrán que admite más intermediarios, como Robert D. Levin cuya versión estos mismos Coro y orquesta "estrenaron" (sin saberlo con absoluta seguridad, muy probablemente, en España) hace unos años en este mismo marco y temporada.
Exigente, pues, este Requiem, no sólo por la expectación que genera o la materia musical que atesora, la original de Mozart y la espuria “compleción-Süssmayr”, sino por su frecuencia en vivo y cantidad de versiones grabadas de todo tipo y condición, más o menos eruditas, virtuosas o grandilocuentes acumuladas en soportes de audio y video, sin hablar ya de la redes de información. Una competencia que, si no podemos llamar "desleal", sí que impone un hándicap singular.
La Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española con el cuarteto solista formado por Carmen Solís, Nancy Fabiola Herrera, José Luis Sola y Riccardo Zanellato, todos bajo la dirección de Pablo González, ofrecieron esta pieza monumental en su temporada de conciertos.
Así, aquella dificultad descrita, unida a las precisas mascarillas y distancias entre todos los cantantes, veinticuatro en el coro (seis por cuerda, como en el Mozart del programa inmediatamente anterior) y los solistas, hace que toda consideración deba apreciarse en este especial contexto.
A diferencia de la semana anterior en que, como he indicado, se interpretó la Misa en do mayor "en honor a la Santísima Trinidad" del propio Mozart con todo el elenco sobre las tablas del escenario, se llevó el viento metal (tres trombones y dos trompetas, en concreto) a los laterales respectivos del primer anfiteatro. Una decisión que evitó el apantallamiento acústico (por éstos) del coro, aunque comprometiera de facto la comodidad del conjunto en su precisa concertación y empaste, al margen de toda espacialidad. Más “especial”, también en este sentido, que “espacial”.
Por lo demás, el cuarteto solista en su posición habitual en proscenio, con mascarillas como ya apunté, y una cuerda dimensionada sobre dos únicos contrabajos y sin llegar a la veintena de integrantes (5/5/4/3/2).
Una apuesta comprometida que se integró en una interpretación fluida, sin dejar demasiado respiro entre las diferentes partes cantadas de esta célebre Misa de difuntos.
Luis Mazorra Incera
Carmen Solís, soprano; Nancy Fabiola Herrera, mezzosoprano; José Luis Sola, tenor; y Riccardo Zanellato, bajo. Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española / Pablo González, director.
Misa de Requiem de Mozart-Süssmayr.
OCRTVE. Teatro Monumental. Madrid.