Debutó en los programas de abono de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria el director Oliver Díaz que la semana anterior nos había dejado una buena impresión en la gala final del Concurso Alfredo Kraus.
El programa elegido tenía dos partes estilísticamente muy contrastadas. La primera, dedicada al barroco, estuvo integrada por tres números de la música para los Reales Fuegos Artificiales de Handel, el Canon de Pachelbel y los conciertos para guitarra y orquesta de cuerda de Vivaldi RV82 y RV 93, donde lo más destacado fue la intervención de Luis Alejandro García a la guitarra, con un sonido cálido, diáfana digitación y apropiada musicalidad, especialmente en los movimientos lentos, aunque empañada por una amplificación excesiva que le restó restaba naturalidad. ¿Realmente era necesaria en una sala de buena acústica y frente a un contingente de 13 cuerdas, que además tocaron con dinámicas muy medidas?
Handel y Pachelbel mostraron la escasa sintonía de la batuta con estas músicas, a la par que la casi nula frecuentación de este repertorio por parte de nuestra orquesta. En la segunda parte del programa, Segunda Sinfonía de Sibelius, la sintonía de la batuta fue superior.
El primer movimiento generó buenas expectativas. Interpretado a un tempo moderado, desarrolló los amplios temas cómodamente, obteniendo un sonido apropiadamente denso y oscuro, pese a puntuales desajustes en la coordinación y el equilibrio general. El segundo movimiento, traducido con intensidad y concentración, siguió una senda ascendente que nos dejó lo mejor de la velada en el auténtico corazón de la pieza. Esta tendencia se rompió con el tercer y cuarto movimientos.
En su búsqueda de la máxima intensidad en la expresión, la batuta relegó a segundo plano la gradación dinámica y el equilibrio de planos. El sonido general se endureció hasta la aspereza y el equilibrio entre cuerdas y vientos se vio comprometido, a lo que también contribuyó el contar con solo 43 cuerdas, pues las bajas que la orquesta arrastra desde la pasada temporada en esta sección siguen sin cubrirse. En definitiva una velada escasamente satisfactoria.
Juan Francisco Román Rodríguez
Luis Alejandro García, guitarra.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Óliver Díaz.
Obras de Handel, Vivaldi, Pachelbel y Sibelius.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.