Novedoso concierto apoyado, por curioso que parezca, en el pasado. Dirigido por la concertino Lorenza Borrani, nacida en Florencia en 1983. Acompañada por la concertino titular de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, Giulia Brinckmeier.
La concertino o primer violín de una orquesta y apoyo del director/a de la misma en ocasiones cumple, como en el concierto que nos ocupa, los dos papeles. La violinista italiana no necesita batuta, dirige con todo su cuerpo, tremendamente expresiva y enérgica cuando la obra lo ha requerido. Compartió unas interesantes reflexiones sobre las piezas que estábamos disfrutando, lástima que no funcionara el micrófono.
La directora es también cofundadora del grupo Spira mirabilis: se adaptan a las obras que van a interpretar realizando un profundo estudio de las mismas e interpretándolas en lugares tradicionales o espontáneos (mercado de Londres). Suelen establecer un diálogo con el público. Fuera reglas: Conciertos de guerrilla.
La primera composición que hemos escuchado ha sido Serenata Notturna en re Mayor de Mozart con una orquesta reducida y, en este caso, separada en dos conjuntos, una con solistas, espléndidos maestros de la BOS, y la otra, en ocasiones, solo como acompañamiento. Empieza, originalmente, con una marcha que suele ser generalmente el final. Pieza interpretada por todos los intérpretes con gran alegría y originalidad. El compositor, a pesar de ser del siglo XVIII, fue un adelantado a su tiempo: importancia de la voz de la mujer y crítica al poder autocrático. Era ya el futuro.
La segunda pieza corresponde a Alfred Schnittke, músico del siglo XX que conjuga, a la vez, música barroca, dodecafónica, pop, bandas sonoras… (el David Bowie de la música): Suite al estilo antiguo, en la versión de V.Spivakov y V.Milman. Música falsamente barroca que incluye piezas de su música de cine. Compositor empeñado en unir la música llamada seria con la ligera, el pasado con el presente. La orquesta le imprimió ese aire antiguo, especialmente el viento y el preciosismo de las cuerdas.
A Ottaviano Petrucci le debemos el invento del sistema de impresión de la música por medio de tipos móviles en el siglo XV y a Bruno Maderna su interpretación en la actualidad: Director y compositor italiano, miembro del cultísimo PCI y amigo de Visconti y Pavese, utilizó tanto el serialismo y la electroacústica como la canción isabelina y el jazz para sus composiciones. Escuchamos una suite del Odhecaton.
Para finalizar este especialísimo concierto la Sinfonía nº 5 de F. Schubert, músico del siglo XIX. Sus obras aún por finalizar en pleno siglo XXI nos vuelven a reunir con un tiempo pretérito. Un gran equilibrio de la instrumentación que reflejó la orquesta con la sabia dirección de Lorenza Borrani : momentos de melancolía en contraste con la brillantez del viento.
Concierto de inspiración benjaminiana (W.Benjamin): la historia, incluyendo la de la música, no es nunca definitiva, no es lineal, y no va siempre hacia el progreso. Schubert y Mozart fueron el pasado y el futuro y tanto Schnittke como Maderna demuestran que el ayer no está agotado.
Genma Sánchez Mugarra
Orquesta Sinfónica de Bilbao
Lorenza Borrani, concertino directora
Música de Mozart, Schnittke, Petrucci/Maderna y Schubert
Palacio Euskalduna de Bilbao