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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Un extraño cóctel - por Francisco Villalba

Madrid - 12/11/2023

Me resultó muy extraño el programa de este concierto (  “Anime Immortali” recital del contratenor Franco Fagioli con la Capella Cracoviensis en el Teatro Real); en la primera parte la bellísima Sinfonía nº 5 de Schubert cercenada, entre tiempo y tiempo, con arias de Mozart y en la segunda, tras el aria “Deh, per questo istante” de La clemenza di Tito de Mozart,  introducir, con sus casi 30 minutos de duración, el maravilloso “Quinteto para clarinete” del mismo compositor, para concluir con su “Exsultate, jubílate”. Creo que el deseo de los nuevos intérpretes de plantear programas novedosos es en muchos casos gratificante, en otros menos.

Franco Fagioli decidió agrupar una serie de arias de Mozart creadas para castrati pero desde hace mucho encomendadas a mezzo sopranos. Así “Se l'Augellin sen fugge” de La finta giardiniera, de Ramiro, personaje creado para el castrato Tommaso Consoli; “Ah se a morir mi chiama” de Lucio Silla de Cecilio, personaje creado para el castrato Venanzio Rauzzini, y las dos de Sesto, personaje creado para el castrato Domenico Bedini, en La clemenza di Tito. Y para finalizar el Exsultate Jubilate, compuesto también para Venanzio Raunuzzi, el castrado favorito de Mozart. Sin embargo, el “Voi che sapete” de Cherubino en Las bodas de Fígaro, quizá me equivoque, no fue pensada para un castrado, sino para la mezzo Dorotea Bussani, y con su cambio a contratenor no gana mucho.

Fagioli posee una voz penetrante que maneja con gran habilidad y una prodigiosa técnica, aunque sus graves suenen diminutos y los agudos forzados; sin embargo el cantante defiende con soltura los ornamentos y coloraturas, en ocasiones prodigiosas, con cambios de registro muy bien resueltos.

Además sabe apianar y transformar su voz consiguiendo dotarla de un toque casi femenino que sin embargo no es muy acorde con casi todos los personajes masculinos que interpretó y en el caso de una de las propinas, al “Voi che sapete” le privó de toda la frescura de ese encanto de juventud que es Cherubino, transformándolo en una caricatura amanerada. Con todo, tuvo un merecido éxito y además del ya comentado “Voi che sapete” nos ofreció como propina un aria del Davide penitente, mozartiano.

En esta ocasión, cosa rara en este tipo de recitales donde escuchamos generalmente a conjuntos impecables, la orquesta Capella Cracoviensis a las órdenes de Jan Tomasz Adamus solo fue una correcta acompañante, sobre todo porque su cuerda no es de esas que quedan en el recuerdo por sus bondades. Su Quinta de Schubert perdió mucha de su delicada belleza en sus manos. Muy de conservatorio fue la interpretación del quinteto para clarinete de Mozart, sálvese al clarinetista. Durante esta obra el público mostró una supina ignorancia aplaudiendo entre tiempo y tiempo, lo que quizá originó el desconcierto de sus intérpretes que no superaron la mediocridad.

Para tratarse del inicio del Ciclo de Grandes Voces en el Teatro Real, decepcionante.

Francisco Villalba

 

“Anime Immortali”

Recital del contratenor Franco Fagioli

Capella Cracoviensis / Jan Tomasz Adamus

Ciclo de Grandes Voces

Teatro Real, Madrid

 

Foto © Javier del Real / Teatro Real

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