Con ocasión de la declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad del yacimiento arqueológico de Risco Caido, perteneciente a la cultura prehispánica de Gran Canaria, el Cabildo Insular de Gran Canaria junto al Ayuntamiento de Artenara promovieron la composición de una cantata inspirada en los paisajes y la cultura que lo conforman, encomendada al compositor local Ernesto Mateo y al poeta Néstor Luján.
La obra adopta la forma de una cantata para soprano, coro mixto y orquesta, estructurada en 10 números, con una duración aproximada de 40 minutos y un lenguaje que, sin renunciar a técnicas contemporáneas: clúster y armónicos en las cuerdas o amplios pasajes de percusión, mezcla hábilmente tonalidad y atonalidad, buscando una comunicatividad directa y accesible con el público, que obtuvo una lectura adecuada de los conjuntos locales, con especial mención a la soprano Estefanía Perdomo en una parte muy exigente y extensa, interviene en 6 de los 10 números, aunque la pieza puede ganar en una segunda lectura, cuando los intérpretes están más sueltos y superen su preocupación por cuadrar unas partes nada fáciles.
Posteriormente, Günther Herbig brindó la Primera Sinfonía de Brahms, uno de sus compositores de cabecera, en una lectura en el más ortodoxo estilo centroeuropeo, rigurosa en la exposición de sus cuatro movimientos, de sonido netamente brahmsiano, corpóreo y oscuro, que sin detenerse en pequeños detalles ni iluminar pasajes ocultos, atendió a las grandes líneas que vertebran la pieza, en la mejor tradición de los kapellmeister germanos.
Juan Francisco Román Rodríguez
Estefanía Perdomo, soprano. Coro OFGC. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Günther Herbig.
Obras de E. Mateo y Brahms.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.