Adrian Leaper, que fue durante 8 temporadas director titular de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, volvió al conjunto grancanario para hacerse cargo del programa nº 16, eligiendo dos autores por los que siente una especial preferencia: Sibelius y Poulenc, a los que añadió Busoni.
A la velada se sumó el aliciente de contar con la colaboración de Emmanuel Pahud, flauta principal de la Orquesta Filarmónica de Berlín y uno de los más prestigiosos solistas de su instrumento en la actualidad.
Juntos ofrecieron el escasamente frecuentado Divertimento para flauta y orquesta op. 52 de Ferruccio Busoni y la Sonata para flauta FP 164 de Poulenc, pieza básica para todos los flautistas, en orquestación de Lennox Berkeley, realizada a instancias del mítico flautista James Galway. Ambas de corta duración, 9 y 13 minutos, sucinta orquestación y sin grandes exigencias virtuosísticas para el solista, sirvieron como vehículo para el lucimiento de Pahud, de hermosísimo y cálido sonido en todos los registros y apabullante musicalidad, que superó con insultante facilidad la escueta barrera instrumental con el sólido apoyo de Leaper, que le otorgó plena libertad de movimientos.
La sensación final fue de cierta infrautilización de un gran músico al que se le podrían haber encomendado obras de mayor enjundia y duración.
Las dos composiciones de Sibelius que completaron el programa: En Saga y la Sinfonía nº 5, sirvieron para corroborar la afinidad de Leaper con el autor nórdico y sus hechuras como director, con sus innegables virtudes y también sus limitaciones, en unas lecturas muy trabajadas, pulcras y sensatas en la elección de los tempi, de sonido admirablemente empastado y equilibrada entre las distintas secciones orquestales, especialmente metales y percusión siempre bajo control, que permitió escuchar sin dificultad las decisivas figuraciones rítmicas de las cuerdas y las intervenciones de las maderas. Se echó en falta algo más de arrojo e imaginación, mayores contrastes y un fraseo más creativo.
Todo resultó excesivamente constreñido y uniforme. Pasajes como los grandes climax del primer y tercer movimientos carecieron de su carácter catártico, mientras la coda del primer movimiento, con su gradual aceleración de tempi que incrementa progresivamente la tensión, resultó desdibujada por unos tempi excesivamente uniformes.
Juan Francisco Román Rodríguez
Emmanuel Pahud, flauta.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Adrian Leaper.
Obras de Sibelius, Busoni y Poulenc.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.