Brahms con el Concierto nº 2 con la Orquesta Sinfónica de Galicia y dirección de Dima Slobodeniouk, obra extraordinariamente difícil de dominar técnicamente, a causa de sus masivos acordes, sus amplios intervalos, sus pasajes en octavas, terceras y sextas y sus complicados ritmos. Mayores son las exigencias que plantea a la actitud de la solista en cuanto a la comprensión en su conjunto de la obra por su obligado reto frente al conjunto orquestal ya que habrá de participar a veces casi como acompañante, aunque viniendo de Dame Leonskaja, el aficionado quedará a la postre sumamente halagado en una de sus nuevas visita, tras su inmediata presencia en el Jurado del XXXII Concurso de Piano Cidade de Ferrol.
El carácter en resumen del piano muestra la necesaria libertad, en un estilo poco frecuente en sus obras. La violencia y trágica atmósfera del Op. 15, en Re m., se ha desvanecido, resultando un trabajo pleno de un maravilloso equilibrio, al que se podía valorar como de una serenidad helénica. Brahms añadió a los tres acostumbrados tiempos, un Allegro appassionato, con lo que la obra puede asemejarse a las sinfonías o a las piezas de música de cámara.
Cada uno de los movimientos no resulta tan breve como suele ocurrir frecuentemente en las obras de los años de madurez, apartándose de las normas clásicas. El Allegro ma non troppo cuya exposición aparece precedida por una especie de diálogo entre solista y orquesta y una confirmación del decurso sumamente placentero hacia el Allegro appasionatto que reafirmara una libre recapitulación, en vez del tradicional da capo. Brahms quiso asegurarse de que la obra fuera interpretada con un estilo completamente rapsódico, del que el Andante queda como un paréntesis ante el Allegretto grazioso que redondea la obra en su ímpetu entre la solista y la propia orquesta. El manuscrito propiedad de la Biblioteca Universitaria del Estado, en Hamburgo, muestra una serie de indicaciones sobre pequeñas alteraciones del tempo. El autor, suprimirá posteriormente esas indicaciones al comprobar que su literal observancia echaba a perder la continuidad de los movimientos. Mientras divagaba sobre la obra, Bülow le hablaría de ciertas innovaciones y que calarían profundamente en nuestro músico, el propio Büllow puso a su servicio su propia orquesta. Una prueba de fuego, fue la interpretación a dos pianos con Brüll, siendo testigos Billroth y Hanslick, y que darían su aprobación.
Andrzej Panufnik, personaje típico de su época por el obligado exilio y los avatares de la Segunda Guerra Mundial. Se acercó tímidamente a la Segunda Escuela Vienesa, pero con escasa seguridad. Grandes directores le confiaron obras, como Stokowski, que estrenó la Oración Universal, Seiji Ozawa, André Previn, Sir Gerg Solti o Yehudi Menuhin, que le pidió un Concierto para violín y también M.Rostropovich, con el Concierto para chelo.
La Sinfonía nº 6 (Mística), en su estreno en España, o el poderío por la fascinación matemática, el misterio en sí mismo y la belleza que trasmite. La clave: partiendo de la geometría al símbolo de un orden universal, ansía atraparnos por su armonía interior. El juego adivinatorio, se enmarca en una figura que ilustra el hecho de que se necesitan seis círculos exactamente iguales en tamaño, para rodear completamente un séptimo círculo del mismo tamaño: no cinco o siete, sino seis.
Quizás podría explicarse simplemente mediante fórmulas matemáticas, pero para mí- confiesa el autor-, esta figura geométrica infunde una sensación de un concepto puramente técnico. Todos los aspectos de esta Sinfonía Mística, están estrictamente relacionados con ese número: la obra completa consta de seis secciones sustanciales, basadas en seis tríadas, seis patrones melódicos, seis combinaciones armónicas, compuestas en el metro seis. Con estas seis, trata de utilizar la ley de la proporción geométrica para proporcionar fuerzas de unión estructural a través de los elementos de melodía geométrica. Una nebulosa trama de premeditadas adivinanzas para esta obra de quien se asienta sobre personales urgencias, de las que Slobodeniouk sentaría cátedra y un desafío para el oyente
Ramón García Balado
Elisabeth Leonskaja. Orquesta Sinfónica de Galicia / Dima Slobodeniouk.
Obras de Andrzej Panufnik y J. Brahms
Coliseum de A Coruña
Palacio de Festivales, Santander