Una gran compañía estatal abrió el festival Madrid en Danza organizado en los Teatros del Canal madrileños: el Ballet Nacional de China. Una compañía emblemática de su país que, además, nos visitaba por primera vez. Y para esta presentación eligieron una coreografía reciente realizada sobre la base de una obra característica de los años sesenta en que fuera compuesta, con base en una historia legendaria llevada antes al cine: El destacamento rojo de mujeres. Una brillante coreografía que había sido estrenada hace apenas tres años, según indicaba el propio programa de mano general del ciclo, nada menos que en el Lincoln Center de Nueva York.
Un ballet, pues, representativo de aquella década por su indisoluble conexión propósito/resultado con carácter laudatorio, didáctico y propagandístico. Todo en este drama legendario, rema en la misma dirección: música, tanto instrumental como vocal, baile y coreografías afines, y narración escénica y decorados. Y es que esta obra despliega su aspiración monumental, tanto por la tradición de la que parte como por sus precisos y abundantes efectivos dentro y fuera de escena -aparte del nutrido cuerpo de ballet y solistas, orquesta sinfónica y coro (en esta ocasión, estos dos últimos grabados y emitidos en off)-.
Tradición que se concretara en guiños a los ballets clásicos del repertorio decimonónico, junto con la pujante escuela rusa, romántica y contemporánea, en esta misma línea, insertos en un trazo general escénico que me recordó, lejanamente, a la misma Giselle. Una trama, ya que lo mencionamos, legendaria también, con algunos puntos de contacto con ésta, aun cuando sus contextos, desarrollos, intenciones y resolución sigan, obviamente, derroteros muy dispares.
Música de efusivo y tenaz aliento dinámico, estimulante en todo momento, con escenas más líricas que articularon eficazmente dichas febriles turbaciones sinfónicas sin que se ensombrecieran entre sí. Una partitura escrita de forma colectiva en una estética, por tanto, ecléctica, con una orquestación enfática donde se adivina su ascendencia verista, heredera, pues, del romanticismo con lógicos guiños operísticos, motivos conductores y emotivas modulaciones expresivas, y guiños fílmicos también, que, además, forman parte de su concepción original -a destacar, en este sentido, la vigorosa y rauda presentación secuencial en proscenio, frente al telón bajado, de los aprestos bélicos y sus urgencias-. Entre tanto, citas musicales y, sobre todo, gestos melódicos y armónicos propios de la cultura tradicional oriental, que matizan así su procedencia.
Resolución detallista, lucida y enérgica por parte de todos esta noche, tanto en sus apartados individual como, sobre todo, conjunto, con especial mención a los solistas, y, naturalmente, a su solista principal en el papel central de aquella leyenda de los años treinta, el rol con mayor riqueza de matices, referencias a la tradición, exigencias técnicas, desarrollo y crecimiento de su personaje.
Luis Mazorra Incera
Ballet Nacional de China. Directora artística: Feng Ying. Coreografía: Li Chengxiang, Jiang Zuhui y Wang Xixian. Escenografía: Ma Yunhong. Iluminación: Liang Hongzhou.
El destacamento rojo de mujeres, ballet basado en la película homónima de Xie Jin con guion de Liang Xin. Música: Wu Zuqiang, Du Mingxin, Dai Hongwei, Shi Wanchun y Wang Yanqiao (La canción del destacamento, compuesta por Huang Zhun).
Madrid en Danza. Teatros del Canal. Madrid.
Foto: Ballet Nacional de China (Foto de David Mudarra)