La temporada 2020-2021 de la madrileña Fundación March se clausuró con el concierto extraordinario ofrecido por dos de los artistas británicos más reconocidos mundialmente, Iestyn Davies, contratenor presente en las mejores salas de concierto y teatros de ópera del mundo, y Thomas Dunford, una de las estrellas más rutilantes en la interpretación de los instrumentos de cuerda pulsada.
La Fundación Juan March ha sabido gestionar formidablemente la insólita situación por la que atraviesa el mundo de la cultura en primera instancia a nivel tecnológico, puesto que es una institución cultural que lleva muchos años grabando en audio y video sus conciertos para después ofrecerlos gratuitamente al público, algo que se ha revelado como fundamental en el mantenimiento de los ciclos de conciertos. Esta ventaja sobre el resto de salas y festivales se ha podido comprobar en su canal de YouTube y en su página web, que conservan verdaderas joyas concertistas. Miguel Ángel Marín, Director del Programa de Música de la fundación, reveló en la tertulia previa habitual al recital cómo se han podido realizar todos y cada uno de los conciertos programados durante la temporada, bien solamente a través de streaming, bien permitiendo la asistencia de espectadores con todas las medidas de prevención sanitarias posibles, a la vez que se ha puesto en marcha un nuevo sistema telemático de reserva de invitaciones que ha terminado con las larguísimas y ya míticas colas de La March.
El delicioso concierto que nos ofrecieron los dos magníficos intérpretes bajo el título de El Orfeo inglés, nos trasladó a una velada musical en un salón inglés, tal y como era la pretensión de los músicos a través de autores tan británicos como John Dowland y Henry Purcell, pero también de otros de inglesa adopción como es el caso de Georg Friedrich Händel, sin olvidarse de otros compositores de distintas nacionalidades pero muy bien conocidos en la isla, como Marin Marais o Giovanni Girolamo Kapsperger.
Iestyn Davies dio toda una lección magistral en la interpretación del repertorio vocal inglés, tanto en la pronunciación y la prosodia del texto, como en el estilo y la expresión británica, esa aparente frialdad para nosotros las mediterráneos, pero que esconde verdaderamente todo un mundo interior de emociones y sutiles y eficaces recursos afectivos. Las piezas de Purcell nos recordaron porqué el maestro londinense es conocido como el Orpheus Britannicus. El sublime arte del manejo del texto a través de la música fue recalcado con la mayor naturalidad por Davies tanto en las obras profanas como en las sacras. Pero quizás fueron las composiciones de John Dowland las que más profundidad y excelencia interpretativa adquirieron, con un sinfín de matices y recursos expresivos que mantuvieron al público en un sobrecogedor y cálido silencio. Cabe destacar la modélica declamación de la forma estrófica de Can she excuse my wrongs, siempre contrastada y cambiante o la sublime introspección de Flow my tears que dio como resultado una representación formidablemente profunda.
Thomas Dunford es un conocido intérprete de los instrumentos de cuerda pulsada, y bpese a su juventud participa como continuista en los mejores grupos de música historicista del mundo, puesto que comenzó su educación musical con estos instrumentos siendo muy joven, e inmediatamente comenzó a destacar por su formidable talento.
Como continuista y músico de cámara Dunford es un derroche de atención al solista, formando una complicidad y conjunción con él difíciles de igualar, a la vez que su perfección técnica le permite ejercer todo tipo de ador nos y glosas a la parte del continuo, enriqueciéndolo de un modo excepcional. Pero en donde el intérprete nacido en París desplegó toda su arte y musicalidad fue en las piezas que interpretó a solo en el archilaúd, desde la folklórica y apasionada Calata allá spagnola de Joan Ambroosio Dalza, pasando por la virtuosística Toccata 6 de Kapsberger, repleta de velocísimos pasajes de arpegios y escalas de una precisión formidable. Los contrastes y juegos de colores conseguidos con una mágica mano derecha mantuvieron a los espectadores completamente absorbidos por este hechicero del archilaúd.
A este derroche de cualidades de estos soberbios músicos debemos resaltar la magnífica acústica que dispone la sala de conciertos de la Fundación Juan March desde que se reformara en 2019, que permitió que todas estas sutilezas llegaran de un modo cristalino a todos los privilegiados oyentes allí presentes.
Estas inigualables interpretaciones desataron la lógica emoción del público que con sus cálidos aplausos y vítores nos permitió disfrutar de unos bises atípicos, Orpheus with his lute de Ralph Vaughan Williams, sorpresivamente seguida de una canción de Eric Clapton, Tears in heaven, adaptada por estos sensacionales trovadores del siglo XXI para su formación.
Simón Andueza
Iestyn Davies, contratenor, Thomas Dunford, archilaúd
El Orfeo inglés. Obras de Henry Purcell, Robert de Visée, Georg Friedrich Händel, John Dowland, Giovanni Girolamo Kapsberger, Joan Ambrosio Dalza y Marin Marais.
Concierto extraordinario de clausura de la temporada 2020/2021.
Fundación Juan March,
Madrid. 26 de mayo de 2021, 18:30 h.
Foto: El contratenor Iestyn Davis y el laudista Thomas Dunford clausuraron la temporada de conciertos de la Fundación Juan March
© Dolores Iglesias – Fundación Juan March