El primero de los dos programas que el prestigioso director Trevor Pinnock tiene encomendados esta temporada 2023-2024 con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, estuvo dedicado al primer romanticismo alemán. No es el repertorio que mayor fama le ha dado, pero se acerca a él con un amplio bagaje musical y unas maneras muy meditadas, fruto de una amplia y admirable carrera, que funcionan mejor en unas piezas que en otras.
La velada se abrió con la obertura de Euryanthe de Weber que el británico afrontó con gran vigor y vehemencia, hasta el punto de llevar a la orquesta al límite de sus capacidades en los veloces compases iniciales. Muy bien resuelto el carácter estático y misterioso del largo central, violines y violas en pianissimo.
Faltaron un mayor equilibrio entre las diferentes secciones instrumentales, con unos primeros violines escasamente audibles cuando llevaban la voz principal y un mayor lirismo en las sucesivas apariciones del segundo tema, un tanto desdibujado, a lo que tampoco ayudó un parco uso del vibrato.
Kristine Balanas lució sus muchas dotes en el concierto para violín de Beethoven. Afinación impecable, sonido amplio y con cuerpo en todos los registros, resolviendo con aplomo los muchos requerimientos virtuosísticos, aunque eché en falta mayor efusividad en los pasajes poéticos, en lo que tuvo mucho que ver una batuta muy clasicista, de texturas diáfanas y colores ligeros, que propició la escucha de la parte solista sin perder detalle, pero poco flexible rítmicamente, carente del necesario rubato que permitiera a Balanas explayarse con libertad.
La Sinfonía nº 5 de Mendelssohn obtuvo de Pinnock unas texturas bien aireadas que posibilitaron apreciar las trabajadas voces contrapuntísticas, con sus citas a corales luteranos. Tras un primer movimiento adecuadamente solemne, incluido el famoso tema del Amen de Dresde que luego Wagner utilizará en el Parsifal, el lúdico scherzo exhibió el brillo de las espléndidas maderas de la Filarmónica de Gran Canaria, una sección siempre bien tratada por Mendelssohn, y unos cellos en excelente forma, para pasar al Andante, donde el amplio tema elegiaco confiado a la cuerda fue certeramente cantado por la batuta, para desembocar en un finale apropiadamente triunfal, con pasajes fugados hábilmente expuestos y una majestuosa última exposición del coral luterano que vertebra todo el movimiento.
Juan Francisco Román Rodríguez
Kristine Balanas, violín.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Trevor Pinnock.
Obras de Weber, Beethoven y Mendelssohn.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.