El pasado 15 de octubre fue el primer día en que los teatros y auditorios catalanes no tenían que cumplir limitaciones de aforo. Una buena noticia que nos acerca un poco más a aquella añorada “vieja normalidad”, pero cuyos efectos no se notaron aún en el concierto que la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) ofreció ese día. Cuestión de tiempo.
Matthias Pintscher, actual director del Ensemble Intercontemporain y más que interesante compositor, fue la batuta invitada ese día. A nivel personal, reconozco que habría preferido que interpretara alguna composición propia en lugar del Idilio de Sigfrido de Wagner, una obra que siempre se me ha hecho interminablemente insulsa.
La versión que de ella dio Pintscher tendió a resaltar los planos y texturas más que a dejarse llevar por la melodía, obteniendo así detalles de gran belleza. Mas solo fueron destellos de luz en una partitura que Wagner alarga y alarga innecesariamente.
La canción de la Tierra de Mahler no es precisamente corta, pero es otra cosa: es una obra que desborda ideas, tanto puramente musicales (tímbricas, armónicas, formales) como expresivas e, incluso, pictóricas. Pintscher se volcó en mostrar toda esa riqueza de una forma clara, al mismo tiempo que potente en el plano dramático. Y lo hizo con tal brío y pasión, que se cobró una víctima colateral: el tenor Michael Schade desapareció literalmente aplastado por el torrencial magma orquestal, sobre todo en la primera y quinta canciones del ciclo, de ahí que valorar su prestación sea difícil. Aun así, su voz, más lírica que dramática, no parece la más adecuada para este repertorio.
Diferente fue el caso del barítono José Antonio López, por un lado, porque las canciones pares que le correspondían presentan por lo general una orquestación menos masiva y, por otro, porque Pintscher supo graduar mejor el sonido. Lo agradeció López, un cantante que seduce por la belleza y profundidad de su voz y no menos por un fraseo tan sugerente como expresivo.
Lo mejor de la velada fue precisamente su versión de la impresionante canción final, “La despedida”, bien arropado ahí por un Pintscher que brilló también a la hora de mostrar el carácter trágico de esa música y su sorprendente modernidad. La OBC, tanto a nivel de solistas como de conjunto, respondió a un gran nivel.
Juan Carlos Moreno
Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya / Matthias Pintscher.
Michael Schade, tenor; José Antonio López, barítono
Obras de Wagner y Mahler
L’Auditori, Barcelona
Foto: Matthias Pintscher, actual director del Ensemble Intercontemporain y más que interesante compositor, fue la batuta invitada este día / © Franck Ferville