La venida de Ton Koopman a Granada el miércoles 28 de junio era uno de los puntos culminantes del Festival Internacional de Música y Danza. El clavecinista, organista y director holandés junto a la agrupación fundada por él en 1979, la Amsterdam Baroque Orchestra & Choir, volvía a visitarnos después de 35 años con dos importantes obras de Bach, la Pasión según San Juán y la Ofrenda Musical. Además de los dos llamativos conciertos, Koopman ha sido nombrado artista residente de la presente edición del festival y el jueves 29 de junio recibiría la Medalla de Oro del Festival de Granada.
Pero la ansiada llegada de los holandeses no pudo ser más accidentada: a media tarde del miércoles, el festival anunciaba el retraso del concierto por avería del avión que los traía desde Amsterdam. El concierto quedó fijado a las 22.30 y a esa misma hora terminaban de llegar los músicos tras quince horas de viaje. Así, la falta de prueba acústica en un emplazamiento particularmente difícil como el patio del Colegio Mayor Santa Cruz y algunos problemas de regiduría sin resolver dieron lugar a un comienzo con algunos sobresaltos.
Tras unas palabras de Antonio Moral, director del festival, sonaban las primeras notas uno de los momentos más tensos y tormentosos de toda la música del siglo XVIII y probablemente de siglos venideros, el número inicial de la Pasión según San Juán de Johann Sebastian Bach, “Herr, unser Herrscher”.
Considerada tradicionalmente la hermana menor de la Pasión según San Mateo, la Pasión según San Juán es en realidad la obra más dramática del catálogo de Bach, superando en intensidad y dureza emocional a cualquier ópera u oratorio contemporáneos. Recogiendo muy bien la dualidad bien-mal y luz-oscuridad de los textos de Juan, Bach estructuró la obra en forma de arco en el que la tensión va en aumento desde el irónico coro de turba, “Wäre dieser nicht ein Übeltäter” para alcanzar el clímax con el grito de “Kreuzige, kreuzige!” del coro nº 21 y descender a la serenas y meláncólicas reflexiones de los coros finales, “Ruht wohl, ihr heiligen Gebeine y Ach Herr, lass dein lieb Engelein”.
Fue estrenada el Viernes Santo de 1724 en la Nikolaikirche, meses después de que el concejo municipal de Leipzig prohibiera la ópera y cualquier representación dramática. Esta prohibición, unida a la tremenda fuerza emotiva y a los medios musicales que Bach utilizó, influenciados por la ópera y las cantatas italianas, hicieron que la recepción de la obra fuera tan problemática que Bach tuviera que modificarla posteriormente varias veces.
Con estos factores previos a las espaldas- cansancio, mala acústica, una obra larga , técnica y emocionalmente difícil- se fue desarrollando la interpretación de la Pasión según San Juan (en su versión de 1724) a cargo de la Amsterdam Baroque Ochestra & Choir.
El coro, compuesto por diecisiete cantantes, comenzó con algunas destemplanzas de afinación, desajustes de tempo con la orquesta y sobre todo, lánguido. Pero ya tras la primera intervención del Evangelista encarnado por Tilman Lichdi, la música empezó a fluir y el concierto a cobrar interés. Tilman Lichdi demostró unas cualidades perfectas para el papel de Evangelista con una voz de registro amplio, con armónicos, el vibrato adecuado y con una gran implicación y conciencia del papel de eje dramático que tenía que representar. Destacaron también las intervenciones del contratenor Maarten Engeltjies, con una homogeneidad de registro inusual en esta tesitura, bello timbre y una expresividad y dicción a la altura del Evangelista.
En otra línea, correcta técnicamente pero demasiado contenidos en voz y elocuencia estuvieron el bajo, Klaus Mertens y especialmente la soprano, Hana Blažíková. A Mertens, experto en el papel de Jesús en las Pasiones de Bach, le salvó la calidez que conserva su voz de barítono y la perfecta declamación del texto. Blažíková, aún con una impecable afinación y fraseo, no consiguió que su voz corriera libre. El coro remontó a partir de la segunda parte con cuerdas afínadísimas, muy empastadas, controlando admirablemente las dinámicas y conjuntado al milímetro con la orquesta, especialmente en los difíciles contrapuntos como el vertiginoso “Lasset uns den nicht zerteilen”.
La orquesta mantuvo un esplendido nivel desde el comienzo, destacando la intervención de las flautas de pico en algunas arias, y el continuo con Bob Smith, quien alternó ágilmente el violonchelo y la viola da gamba.
Mención aparte merece Ton Koopman. Pionero de la interpretación historicista de Bach junto a Hartnoncourt y Leonhard, demostró que pese a las condiciones adversas conoce con profundidad el terreno que pisa. Incansable y con gesto conciso y firme, pero impregnado de dulzura y amabilidad, fue llevando a la Amsterdam Baroque Orchestra & Choir a través del oratorio, compás a compás, número a número, como quién hila los finísimos hilos de plata de una pieza de orfebrería. Nada fuera de sitio.
Todas las líneas y planos del contrapunto clarísimas y perfectamente entrelazadas. Los corales con sonido bruñido, como si fueran gemas que adornan la joya, las arias y especialmente los recitativos bien integrados entre sí, como los eslabones de argéntea cadena.
Al final de la noche el publico se rindió ante la grandeza de Bach y la de su orfebre, Ton Koopman, en una larguísima y emocionada ovación.
En principio, una crítica debe ser lo más objetiva posible. Al principio del concierto pesaron sobre mí las interpretaciones oídas en vivo a Gardiner y Herreweghe, más vivas y fieles a la esencia dramática de la Pasión según San Juán de Bach. Sin embargo, conforme caminó la música y Koopman desplegó su oficio, terminé reconociendo “in pectore” que el maestro holandés bien merece su lugar dentro de la Trinidad bachiana. El lector sabrá perdonar esta digresión personal, pero tal y como dice Montaigne en sus Ensayos: “el hombre no tiene nada propiamente suyo sino el uso de sus opiniones."
Mercedes García Molina
Festival Internacional de Música y Danza de Granada.
Johann Sebastian Bach. Johannes-Passion, BWV 245.
Tilman Licht, tenor. Hana Blažíková, soprano. Maarten Engeltjes, contratenor. Klaus Mertens, bajo. Amsterdam Baroque Orchestra and Choir.
Director: Tom Koopman.
Colegio Mayor Santa Cruz la Real, miércoles 28 de junio de 2023.
Foto © Fermín Rodríguez