Händel está de moda aquí y en todas partes. El grandísimo músico de Halle asentado en Gran Bretaña disfruta hoy de una popularidad indiscutible y es de los músicos más apreciados en nuestros días, especialmente por el público joven. Los especialistas en su repertorio se multiplican y filológicamente sus interpretaciones buscan ser fieles al espíritu y la época del compositor.
Habiéndose ya escuchado en el Teatro Real en 2009, regresa en esta ocasión con resultados mucho más brillantes que en aquella. Francesco Corti al frente de Il pomo d’oro nos ha ofrecido una versión de una ópera de Händel que no ocupa un lugar destacado dentro de la producción del músico de Halle, pero que, como siempre en las obras de este compositor, cuenta con momentos de gran belleza y algunas arias no carentes de interés. Corti disfruta con la partitura y la dirige con entrega y excelentes resultados.
Pero es bien sabido que Händel componía sus óperas para cantantes excepcionales; esta que comento fue la última que escribió para la Real Academia de Música de Londres cuya compañía se disolvió en 1728 por falta de cantantes capacitados para este repertorio, muestra esto de la vital importancia que tenían los “divos” para estas obras.
Hoy, en aras de la fidelidad a un estilo, se buscan especialistas que sean respetuosos con la partitura y se pretende más la uniformidad de los repartos que el posible relumbrón de algún cantante con exceso de carisma. No puedo estar de acuerdo con esta teoría.
El papel de Ptolomeo fue escrito para uno de los castrados más famosos de la historia, Francesco Bernardi, más conocido como “Senesino”; por eso para interpretarlo en su justa medida necesita de un/una cantante de excepción y algo similar se podría aplicar al resto del reparto en esta y en casi todas las óperas de Händel.
El Teatro Real ha tenido el privilegio de contar para el papel de Tolomeo con uno de los contratenores de más carisma de la actualidad, Jakub Józef Orlinski, discutido por algunos, por otros adorado, creo que merece la fama que tiene, no solo por bailar breakdance, sino por cantar divinamente, ser un actor excelente y poseer un encanto personal fuera de serie; tiene “carisma” y eso no se puede poner en tela de juicio.
Excelente también, el otro contratenor de la velada, Paul-Antoine Benós-Djian, como Alessandro. Notable el Araspe del bajo Andrea Mastroni. Para mí un escalón por debajo de los intérpretes masculinos Melissa Petit como Seleuce y Giuseppina Bidelli como Elisa.
Una obra con poca sustancia, por muy de Händel que sea, muy bien interpretada.
Francisco Villalba
Jakub Józef Orliński, Melissa Petit, Giuseppina Bridelli, Andrea Mastroni, Paul-Antoine Benòs-Djian
Il Pomo d’Oro / Francesco Corti
Händel: Tolomeo, rey de Egipto (Versión concierto)
Teatro Real
Foto © Javier del Real - Teatro Real