La 70 edición del Festival de Granada arrancó anoche, dando así comienzo a la temporada de festivales estivales con más de un mes de espectáculos y la presencia de algunos de los nombres más destacados del panorama internacional. Antonio Moral, que en plena pandemia se estrenó como su director, nos propone una variada propuesta artística, ideada con criterio y dando concesión a la diversidad, sin renunciar por ello a la presencia de las grandes orquestas, compañías de ballet y figuras solistas.
El concierto inaugural estuvo a cargo de la Orquesta Ciudad de Granada bajo la dirección de Paul McCreesh, que dedicaron la velada a la visión mágica de la noche a través de sendas obras de Arnold Schoenberg y Felix Mendelssohn. La presencia de la OCG en el escenario en la inauguración del Festival de Granada es un merecido gesto de cortesía, un homenaje a la formación granadina que durante todo este periodo de excepción sanitaria se ha esforzado por mantener viva la cultura en la ciudad. Para esta ocasión se contó, además, con una realización visual de José Sánchez-Montes, realizada por el estudio Tama, que animó los muros del Palacio de Carlos V.
En la primera parte del concierto se interpretó Noche transfigurada de Arnold Schoenberg, en su segunda versión orquestal de 1943. Obra de juventud, fue revisitada en varias ocasiones por el autor, muestra del aprecio que tenía por esta página tardorromantica. Sin duda, es una composición de magnífica hechura y de concepción moderna, sobre todo si consideramos que su primera versión de cámara data de 1899. La OCG, reducida a las cuerdas sin contrabajos, realizó una perfecta puesta en atriles de la obra, bajo la precisa y contenida dirección de Paul McCreesh. La formación de cuerdas, dispuesta con los violines enfrentados a ambos lados, violas al centro y chelos al fondo, reflejó un delicado sentido de la dinámica y un cuidado empaste. McCreesh dibujó con precisión el complejo entramado motívico de la partitura, prestando especial atención a la semántica de cada sección. El balance estuvo muy conseguido, sopesando las carencias acústicas del Palacio de Carlos V para una obra de sutiles matices como es ésta; unas cuerdas bien definidas y una dirección equilibrada fueron los elementos más destacado de esta correctísima versión.
Mientras la orquesta tocaba, en los muros del Palacio de Carlos V se iban proyectando los versos de Dehmel que inspiraron la obra homónima de Schoenberg. Así mismo, en la galería superior se proyectaba, a modo de anécdota argumental, la imagen animada de un hombre y una mujer, representación de los amantes protagonistas del poema, que se acercan lentamente hasta terminar fundidos en un abrazo eterno bajo la atenta mirada de la luna.
La segunda parte del concierto la ocupó El sueño de una noche de verano op. 21/61 de Felix Mendelssohn. Compuesta en dos momentos diferentes de la trayectoria vital del compositor, la obertura es una obra de juventud, estrenada en el ámbito doméstico, mientras que los demás números fueron realizados para su estreno conjunto como música incidental de la homónima comedia de Shakespeare, por encargo de Federico Guillermo VI.
Desde los primeros cuatro acordes de los vientos, la Obertura nos transporta a un ambiente atemporal en el que desarrollan sus peripecias los seres de la trama, faunos y hadas incluidos. La rica paleta tímbrica de la pieza fue aprovechada por el director para desplegar la riqueza y versatilidad de la OCG, que realizó una interpretación espléndida de la misma. Con una dirección de gran ligereza y dinamismo, McCreesh construyó un coherente cuadro musical a través de los distintos números, dotando a cada uno del carácter adecuado. Una orquesta con presencia, empaste y rica en colores fue el elemento común a toda la obra.
Para el lied con coro “Bunte Schlagen” el director situó a las sopranos solistas Nuria Rial y Mª José Moreno junto a las cuerdas femeninas del Coro de la OCG en la galería superior del Palacio de Carlos V, creando una sonoridad envolvente y garantizando que las voces traspasaran sin problema el rico tejido instrumental. Solistas y coro estuvieron a la altura de la buena labor orquestal, desplegando un discurso timbrado, claro en la dicción y potente en su línea melódica. Igualmente, el final “Bei des Feuers matten Flimmern” fue brillante y vivo, constituyendo el broche perfecto a una interpretación muy conseguida pese a las dificultades acústicas. Al igual que en la primera parte, los muros del palacio cobraron vida con diversas proyecciones que resaltaban arquitecturas y evocaban la presencia de hadas en el foro, destacando el bello juego de luces que destacó la presencia de las voces en la escena.
Gonzalo Roldán Herencia
70 FESTIVAL DE GRANADA
Programa: Arnold Schoenberg, Noche transfigurada op. 4 (versión de 1943) Felix Mendelssohn, El sueño de una noche de verano op. 21/61.
Orquesta Ciudad de Granada
Director: Paul McCreesh
Coro de la Orquesta Ciudad de Granada (Héctor Eliel Márquez, director)
Solistas: Nuria Rial y Mª José Moreno (sopranos)
Fecha y lugar: Palacio de Carlos V, 17 de junio de 2021
Foto © Festival de Granada | Fermín Rodríguez